A nivel mundial, el 19% de todos los cánceres es atribuible al medio ambiente. Está demostrada la influencia de los factores medioambientales en el desarrollo del cáncer vesical. En los países occidentales, en el varón es el cuarto cáncer más frecuente y el octavo en mujeres.
En este estudio trataremos de demostrar de qué modo influye tanto la cantidad ingerida de agua como el tipo de la misma (corriente, mineral o de pozo) en el desarrollo del cáncer vesical (CV).
Para ello realizamos un estudio epidemiológico observacional y retrospectivo, caso-control: 500 casos (diagnóstico de CV previo) y 500 controles, habitantes de la provincia de Cádiz, los controles emparejados en edad y sexo a los casos. Del estudio original, mucho más amplio, extraemos los resultados obtenidos para un determinado factor: AGUA ingerida. Se compara la exposición relativa de cada grupo a dicha variable o factor.
Analizamos estadísticamente su influencia en función de la cantidad y tipo de agua ingerida en el desarrollo de esta enfermedad.
A la vista de los resultados pensamos que al aumentar el volumen de líquidos ingeridos y la frecuencia miccional disminuimos el tiempo de exposición de carcinógenos presentes en la orina sobre el urotelio. En cuanto al tipo de agua, parece problemática la ingesta de agua de pozo, aunque se necesitan más estudios.
Concluimos que consumos por debajo de 1 litro suponen un factor de riesgo y por encima de 2 litros, un factor protector.
Globally, 19% of all cancers are attributable to the environment. The influence of environmental factors on the development of bladder cancer has been demonstrated.
In the western countries, in the male is the 4th most frequent cancer and the 8th in women.
In this study, we will try to demonstrate how the amount of water ingested and its type (tape water, mineral water, or well water) influence the development of bladder cancer (CV).
To do this, we performed an observational and retrospective epidemiological study, case-control: 500 cases (diagnosis of previous CV) and 500 controls, inhabitants of the province of Cádiz, controls matched in age and sex to the cases. From the original study, much more extensive we extract the results obtained for a certain factor:
WATER ingested. The relative exposure of each group to that variable or factor is compared.
We analyzed its influence statistically according to the amount and type of water ingested in the development of this disease.
In view of the results, we believe that by increasing the volume of fluids ingested and the frequency of micturition we decrease the time of exposure of carcinogens present in the urine over the urothelium. Regarding the type of water, well water intake seems problematic, although more studies are needed.
We conclude that: consumption below 1 liter is a risk factor and above 2 liters is a protective factor