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Paula Carrascosa, Agustín Prado, Mohannad Achab Bencharki
El área de la Atención Primaria de la salud se sitúa como foco de detección de situaciones de riesgo en las que pueden verse afectados diferentes aspectos de la vida de la persona a la que asistimos, donde el papel del trabajador social sanitario como agente proactivo es clave, siempre actuando dentro del equipo multidisciplinar, no de manera aislada.
Como trabajadora social sanitaria, que ejerce su labor dentro del área de la atención primaria de salud, vengo apreciando, a partir de la actividad profesional desarrollada, la existencia de un elevado número de personas que están a cargo de pacientes que precisan ser atendidos en el domicilio y con grandes exigencias a la hora de recibir cuidados. Como con- secuencia, presentan una alta sobrecarga emocional y/o física, en algunas ocasiones con riesgo de claudicación o alcanzando esta misma. Muchos de estos cuidadores se encuentran desbordados porque la atención continuada de una persona dependiente les sobrepasa, el resto de la familia se desentiende y no tienen medios económicos para pagar ayuda particular. A la hora de acceder a recursos públicos se encuentran con diferentes impedimentos, como largas listas de espera o no reunir los requisitos suficientes. Todo ello unido en ocasiones a que el cuidador debe abandonar su puesto de trabajo para cuidar de su madre, su padre u otro familiar. En la red comunitaria no existen apenas recursos para este tipo de problemática, tan sólo se realizan programas eventuales o se trabaja en alguna institución (mayoritariamente privada) a partir del tratamiento de una patología específica.
A esto debe sumarse que la persona cuidadora ha perdido su red social, de amistades, el derecho a ocio y tiempo libre, vacaciones, vida familiar en buenas condiciones, etc. Estos hechos pueden desencadenar situaciones de crisis emocionales, problemas de estrés, de- presión, claudicación, conflictos entre paciente y cuidador, por lo que, como profesionales, es importante que comencemos a prestar más atención e intentar mediar en algo que se ha convertido a nuestros ojos en un aspecto normalizado cuando no debería de ser así.
The area of primary health care focuses on detection of risky situations affecting different areas of the life of the person we are attending, where the role of the health social worker as a proactive agent is key, always acting as part of a multidisciplinary team and not in isolation.
As a social health worker working in the area of primary health care, I come to appreciate from the professional activity developed, the existence of a large number of people responsible for patients who need to be treated at home and present great challenges when it comes to precise care. As a result, they suffer from a high emotional and / or physical overload, sometimes with a risk of giving up. Many of these caregivers are overwhelmed because of the continued care of a dependent person exceeds their capabilities, the rest of the family distance themselves from the problem and have no financial means to afford private care. They can't access available public resources either because of long waiting lists or because they don't meet all the criteria. On top of that sometimes the caregiver must leave his job to take care of his own mother, father or other family members. In the community network there are hardly any resources addressing this type of problem only temporary programs exist and a few institutions (mostly private) focusing on the treatment of a specific pathology.
In addition, the caregiver can also lose his social network, friendships, the right to leisure, vacations, family life in good condition. This can trigger situations of emotional crisis, stress, depression, claudication, conflicts between patient and caregiver etc. As professionals, it is important that we start to pay more attention to this issue and try to mediate in something that has become acceptable when it shouldn't have been.
