En los actuales tiempos postmodernos, urge que la espiritualidad cristiana entre en diálogo con otras espiritualidades que están surgiendo en nuestra cultura, especialmente influenciadas por las tradiciones orientales. Para ello, es necesario que nuestra fe se haya purificado con la crítica que la modernidad, especialmente a través de la filosofía y el psicoanálisis, he hecho de la religión. A la vez, se precisa recuperar lo más valioso de la tradición espiritual cristiana y propiciar, mediante un pensamiento teológico actualizado, el encuentro del cristiano con Dios y con el hombre de hoy.