Enric Duaso Magaña, Leonor Cuadra, Mercè Capo Pallàs, Mireia Llonch, Sami Loutfi, Marta Fragoso Martínez, Daniel Rodríguez, Antonio Rey
La demencia es un potente predictor de dependencia que hace que sean esas personas las que vivan más años con discapacidad. Es la enfermedad crónica que mayor dependencia ocasiona a los 12, a los 24 y a los 36 meses de su evolución, por delante de otras enfermedades discapacitantes, como el ictus, la enfermedad de Parkinson o las enfermedades cardiovasculares.
Somos muchos los que conocemos las consecuencias devastadoras de las demencias, pero pocos sabemos reconocer los síntomas en las fases iniciales. Para poder combatir este hecho es necesario promover una mayor información pública y una mayor formación a los profesionales de la salud.
Es necesario avanzar en 3 campos para poder desarrollar una mejor atención en las distintas fases evolutivas de las demencias: considerar la demencia como una prioridad de salud pública, combatir la creencia equívoca de que no se puede hacer nada para los pacientes diagnosticados de demencia y, finalmente, no por ello menos importante, saber reconocer la demencia incipiente.
Decir que las personas con demencia reciben con menor frecuencia atención paliativa de confort que aquellos pacientes diagnosticados de cáncer a pesar de compartir, claramente, la necesidad de cuidados en fases avanzadas de la enfermedad y a pesar de ser demandada frecuentemente por familiares y cuidadores A forma de resumen, decir que podemos actuar y mejorar en el diagnóstico precoz de la enfermedad, de la misma forma que lo podemos hacer en las distintas fases evolutivas de la demencia y, así, poder retardar y/o minimizar la dependencia y, finalmente, mejorar las medidas de confort al final de la enfermedad.
Because dementia is a powerful predictor of dependence, people with this disease are those that live longest with disability. Dementia is the chronic disease provoking the greatest dependence at 12, 24, and 36 months after diagnosis, ahead of other diseases such as stroke, Parkinson's disease and cardiovascular disease.
Many of us are aware of the devastating consequences of dementia, but few know how to recognize the symptoms in the initial phases. To rectify this situation, increased public information and training for health professionals is required.
To improve the care of the distinct phases of dementia, progress must be made in three areas: dementia must be considered a public health priority, the erroneous belief that nothing can be done for patients with a diagnosis of dementia must be combatted and, finally, no less importantly, knowledge of how to recognize incipient dementia must be acquired.
People with dementia less frequently receive palliative care than patients with cancer, despite clearly sharing the need for care in the advances stages of the disease and frequent requests by relatives and carers.
In summary, action can be taken to improve the early diagnosis of dementia and the care of the distinct phases of the disease, thus delaying and/or minimizing dependency. Finally, comfort measures at the end stage can be improved.