Noelia Menéndez García, María Martín Suárez, José Ignacio Rodríguez Barbosa, Antonio Sánchez Vallejo
Introducción: Existe evidencia a favor de la hipótesis de que un trasplante renal no mejora necesariamente la calida de vida percibida de quien lo recibe.
Objetivo: Evaluar la calidad de vida percibida por los trasplantados renales en el Principado de Asturias.
Métodos: Diseño descriptivo transversal. Selección muestral discrecional no probabilística sobre cohorte retrospectiva de pacientes con implante renal funcionante, aplicando criterios de inclusión. Encuesta telefónica mediante cuestionario WHOQOL-BREF de la OMS. Participación voluntaria y anónima, con consentimiento informado previo.
Resultados: Participó el 60% de la muestra potencial. 53,3% hombres. Edad media 53,5años (DT±10,14). Para un 78,3% su calidad de vida percibida postimplante fue buena. Para el 45% su salud física no era buena; con diferencias por edad: 50% de pacientes entre 26a y 65a y 12,5% de mayores de 66a tuvieron esta percepción . El 58,3% presentó sentimientos de tristeza, ansiedad, o desesperanza; y un 71,7% carecía de recursos suficientes para los tratamiento postimplante; con diferencias según nivel académico: 91% tenía estudios primarios, 43,86% universitarios. El 88,3% estaba satisfecho con sus relaciones sociales, y un 83,3% tenía apoyo sociofamiliar.
Conclusiones: Los trasplantados renales percibían como satisfactoria su calidad de vida. No percibían lo mismo respecto a su salud física y psicológica, refiriendo trastornos del sueño, depresión, e incapacidad económica para afrontar los tratamientos postimplante.
Fue positiva su percepción del medio ambiente y apoyo sociofamiliar, así como de la accesibilidad a los servicios sanitarios y la información recibida.
Introduction: There is evidence in favor of the hypothesis that a kidney transplant does not necessarily improve the perceived quality of life of the recipient.
Objective: To evaluate the quality of life perceived by kidney transplant patients in the Principality of Asturias.
Methods: Cross-sectional descriptive design. Non-probabilistic discretionary sample selection on a retrospective cohort of patients with functioning renal implant, applying inclusion criteria. Telephone survey using the WHOQOL-BREF WHO questionnaire. Voluntary and anonymous participation, with prior informed consent.
Results: 60% of the potential sample participated. 53.3% men. Mean age 53.5 years (SD ± 10.14). For 78.3% their postimplant perceived quality of life was good. For 45% their physical health was not good; with differences by age: 50% of patients between 26th and 65th and 12.5% of those older than 66th had this perception. 58.3% presented feelings of sadness, anxiety, or despair; and 71.7% lacked sufficient resources for postimplant treatment; with differences according to academic level: 91% had primary studies, 43.86% university students. 88.3% were satisfied with their social relations, and 83.3% had social and family support.
Conclusions: Renal transplant patients perceived their quality of life as satisfactory. They did not perceive the same thing with regard to their physical and psychological health, referring to sleep disorders, depression, and economic inability to face post-implant treatments. His perception of the environment and socio-family support was positive, as well as the accessibility to health services and the information received.