Este artículo responde a la preocupación sincera, no retórica, ante el sufrimiento humano. Es comprensible que una revista de humanidades médicas se haya interesado por ideas políticas de esta naturaleza, ya que la medicina nace del cuidado ante el sufrimiento humano. El humanismo médico busca por ello aquellas miradas interdisciplinares que apuntan hacia reformas que puedan conducirnos a un mundo con menos sufrimiento. En último término un mundo más humano porque hayamos acertado a reducir el sufrimiento que está en nuestras manos reducir por una política adecuada, urgente y pragmática, en conformidad con las exigencias éticas de nuestro tiempo.
En el artículo defiendo cinco tesis que se exponen contextualizadas a lo largo del mismo.
La primera tesis es que a fines del siglo XX y comienzos del XXI se están viviendo tiempos históricos privilegiados porque en ellos está naciendo una nueva sensibilidad social éticoutópica.
Pocas veces se ha dado esto en la historia. En realidad, las últimas emergencias significativas serían la modernidad a comienzos del XVI y el comunitarismo en el XIX. Nuestra filosofía política establece una serie de conjeturas e hipótesis para estudiar esta nueva sensibilidad que emergería desde la confluencia de modernidad (personalismo) y comunitarismo (solidaridad), aunque de una forma propia eminentemente pragmática y desideologizada.
La segunda tesis es que al igual que modernidad y comunitarismo, desde su sensibilidad, derivaron lógicamente a un proyecto de acción en común propio, así también la nueva sensibilidad ético-utópica emergente conduce al suyo propio: es el “proyecto universal de desarrollo solidario” (proyecto UDS). Así como en el ideal ético-utópico hoy emergente confluyen la modernidad y el comunitarismo, así también, por su propia lógica, el proyecto UDS responde a esta misma confluencia: el pragmatismo no lleva a poner el mundo patas arriba, sino a reformar la modernidad liberal desde los principios del comunitarismo. Nuestra filosofía política explica con precisión la naturaleza del proyecto UDS.
La tercera tesis hace referencia a la estrategia de acción política orientada a realizar el proyecto de acción en común;
en nuestro caso, el proyecto UDS. Y aquí es donde se propone la tesis quizá más importante de la filosofía política del ensayo: la coyuntura social podría promover por primera vez en la historia la aparición de una nueva forma de organización autónoma de la sociedad civil, al margen del poder político, que supondría un avance y un cambio cualitativo decisivo en relación a otras formas ahora existentes como el movimiento ciudadano, ONG, voluntariado, etc. El ensayo hace un diseño organizativo del movimiento de acción civil, que se denomina Nuevo Mundo, cuyo objetivo sería precisamente controlar al poder político hasta forzarlo a comprometerse en la promoción del proyecto UDS. Debería ser la misma sociedad civil organizada internacionalmente la que promoviera la realización de la razón liberal y solidaria representada en el proyecto UDS.
La cuarta tesis, consecuencia de las anteriores, es la postulación del nuevo protagonismo histórico emergente de la sociedad civil en orden a gestionar políticamente la realización de su nuevo ideal ético-utópico a través del proyecto UDS. El enredo de la política oficial y de los partidos políticos en la trama de dominación urdida desde hace ya muchos años en el orden político y económico internacional, es lo que exige la intervención directa de la sociedad civil como vía más eficaz y pragmática que permita romper la dominación e imponer los ideales éticos de la humanidad hacia un mundo más libre y solidario. Este nuevo protagonismo de la sociedad civil organizada autónomamente ante el poder político estaría a punto de nacer y representaría el gran cambio histórico del siglo XXI.
La quinta tesis del ensayo tiene un sentido eminentemente pragmático. El cambio que se trata de detectar en su estado de emergencia, dada su propia naturaleza, difícilmente podría hacerse realidad sin que el movimiento de acción social Nuevo Mundo llegara internacionalmente a todos los países, incluidos los más importantes. En este sentido, el ensayo replantea la filosofía de la historia de América, de los Estados Unidos, para concluir que, al margen de políticas discutibles y probablemente equivocadas del último siglo, la sociedad civil americana está asentada sobre una filosofía que la hace muy especialmente sensible a la filosofía de Nuevo Mundo. Éste debería, pues, extenderse a América, cuya sociedad civil debería jugar un papel determinante en posibilitar el nuevo orden mundial necesario para completar la libertad con la solidaridad. El contar positivamente con América no es “políticamente incorrecto”, sino un signo de pragmatismo que habla a favor de la posibilidad hacer realidad el proyecto UDS.
El ensayo, por tanto, responde a un “sentir de nuestra sociedad”, sin duda manifiesto en los movimientos de solidaridad civil y en propuestas como las de ATTAC y la tasa Tobin, por ejemplo. Las propuestas de Hacia un Nuevo Mundo van mucho más allá y proponen un cambio mucho más complejo y estable, no revolucionario, sino reformista, que es posible porque, en el fondo, juega a favor de todos, reconciliando filosóficamente la modernidad y el comunitarismo
This article responds to the sincere, by no means rhetorical, concern about the human suffering. It is understandable for a journal embracing the Medical Humanities to be interested in such kind of political ideas, since Medicine is due to the care regarding the human suffering. Therefore, the medical humanism searches those interdisciplinary glances that focus on reforms that could lead us to a world with less suffering.
At last, a world which is more human because of our right course at reducing the suffering that we are able to lessen through a proper policy, urgent and pragmatic, in agreement with the ethical requirements of our time.
The present essay defends five theses that are exposed contextualized along the article.
The first thesis states that by the end of the XXth century and the beginnings of the XXIth, we have been living privileged times because a new social and ethical-utopical sensitiveness is coming to light. This has happened very few times in history. Actually, the last significant rises would be the modernity at the early XVIth century and the communitarism of the XIXth century. Our political philosophy establishes a range of conjectures and hypothesis to study this new sensitiveness that would arise from the confluence of modernity (personalism) and communitarism (solidarity), though in its own way, essentially pragmatic and deideologized.
The second thesis claims that as well as modernity and communitarism, from their sensitiveness, logically gave birth to a genuine project of common action, also the new arising ethical-utopical sensitiveness leads to its own: it is the “universal project of sustainable development” (UDS project, in Spanish). This project is based on the ideal above mentioned that comes from the confluence of modernity and communitarism: pragmatism is not meant to turn the world upside-down, but to reform the liberal modernity from the principles of communitarism. Our political philosophy sharply explains the nature of the UDS project.
The third thesis refers to the strategy of political action oriented to carry out the project of common action; in our case, the UDS project. This one is probably the most important in the essay’s political philosophy: the social conjuncture could foster, for the first time in history, the rise of a new kind of autonomous organization of the civil society, at the edge of the political power, that would be an advance and a relevant, qualitative change compared to another current types of organizations like the citizen movements, the NGOs, volunteering, etc. The essay draws up an organizative design of the civil action movement that is called Nuevo Mundo (New World), whose aim would be that of controlling the political power until it got forced into the commitment of fostering the UDS project. It should be an internationally organized civil society the one promoting to carry out the development of the liberal and supportive reason represented by the UDS project.
The fourth thesis, consequent to the previous ones, is the postulation of the new emerging historical relevance of the civil society in order to politically manage its new ethicalutopical ideal through the UDS project. The muddle of the official policy and political parties within the domination plot devised many years ago regarding the international political and economical order requires the direct intervention of the civil society as the most efficient and pragmatic way to allow the breakdown of the domination and impose the ethical ideals of mankind towards a more free and supportive world.
This new relevance of the civil society autonomously organized to face the political power would be about to be borne and would represent the great historical change of the XXIth century.
The fifth thesis of the essay has an eminently pragmatic sense. It would be difficult for the change that is meant to be detected in its early stage, given its own nature, to become a reality without the New World social action movement appearing internationally in every country, including the most important ones. In this sense, the essay resuggests the philosophy of the American History, of the United States, to conclude that, at the edge of arguable and probably wrong policies of the last century, the American civil society is rooted on a philosophy that makes its citizens specially sensitive to the philosophy of New World. This should, then, be extended to America, whose civil society should play a significant role in making able the new world order that is needed to fulfill freedom with solidarity. To positively count on America is not “politically incorrect”, but a signal of pragmatism that speaks in favour of making the UDS project a reality.
Therefore, the essay responds to a “feeling of our society”, clearly showed up by the movements of civil solidarity and proposals like the ATTAC and the Tobin tax, for instance. The proposals of Hacia un Nuevo Mundo (Towards a New World) go much beyond and suggest a much more complex and stable change, not revolutionary but reformist, that is possible because, in the end, philosophically reconciliating the modernity and the communitarism, plays in favour of all of us.