Josep Arimany Manso
En la actualidad, las demandas y reclamaciones de los pacientes son la principal causa del proceder defensivo del médico y podría afirmarse que, si las primeras no se plantearan, la medicina defensiva no existiría. Ahí, pues, encontramos ese peligroso efecto boomerang de la práctica de la medicina defensiva.
En los últimos años, las reclamaciones contra médicos por presunto error, imprudencia, negligencia o por daños en una actuación médica están experimentando un aumento en España que, sin llegar a los niveles de EEUU y algunos otros países anglosajones, están provocando un aumento de la sensibilidad sobre la profesión médica. Es indudable que la práctica médica actual es cada día más especializada y conlleva unos procedimientos diagnósticos y terapéuticos con riesgo que, unidos a una serie de factores, como una sociedad del bienestar que experimenta cambios tecnológicos y científicos rápidos e intensos, fomenta la creencia de que cuanto mayor es el alcance técnico de la medicina, mejores resultados se producen. Pero la profesión médica del siglo XXI vive un momento crítico en el que debe asumir unos retos sin precedentes para cumplir no sólo el cambio de expectativas de los pacientes, sino también los nuevos requisitos públicos y políticos de calidad, seguridad y control de costos.
En este contexto, los médicos encuentran más dificultades para ejercer su trabajo y la buena relación médico-paciente, que sigue basándose fundamentalmente en la mutua confianza, se ve distorsionada hasta derivar en situaciones de conflicto que, no hace mucho, nadie hubiera imaginado. Han surgido fenómenos nuevos como los incidentes de violencia contra los médicos en su lugar de trabajo o la presencia médica en los medios de comunicación no siempre difundiendo la mejor imagen de la profesión. Y, en este contexto, cada día se presentan un mayor número de quejas y reclamaciones. En muchas ocasiones éstas terminan con denuncias o demandas contra el médico, el centro asistencial o la administración sanitaria en los juzgados y tribunales españoles.
El aumento de reclamaciones en el ámbito médico condiciona a los facultativos a una actuación en la práctica profesional de más seguridad y, en ocasiones, conlleva a solicitar pruebas y procedimientos diagnósticos adicionales que entrarían de lleno en la denominada “medicina defensiva”.
En Estados Unidos, la práctica de la “medicina defensiva” se relaciona con el fenómeno conocido como “Malpractice Crisis”, desde hace unos años objeto de un intenso y controvertido debate sobre la conveniencia de reformar el sistema legal de la responsabilidad profesional del médico (RPM) ante la profunda crisis que afecta al mercado del seguro de la responsabilidad del médico. El espectacular incremento de las demandas, coincidiendo con un notable aumento de las sumas en las compensaciones pagadas por daños, ha repercutido en el precio de las primas que pagan los médicos con unas subidas tan elevadas que, en algunos Estados que no han experimentado reformas legislativas, han superado cifras de más de dos dígitos, mientras que en algunas especialidades consideradas de riesgo se han convertido en inaccesibles.
Al médico, en el ejercicio de su profesión, puede exigírsele responsabilidad de distinta naturaleza, entendiendo por RPM la obligación que tienen los médicos de reparar y satisfacer las consecuencias de sus actos, omisiones y errores, voluntarios e incluso involuntarios dentro de ciertos límites, cometidos en el ejercicio de su profesión. Es obligación de la medicina y no del derecho definir en cada momento los criterios científicos generales de actuación de “buenas prácticas”.
En este artículo expondremos los tipos de responsabilidad médica según el ordenamiento jurídico español, procuraremos definir el contexto y las actividades que se relacionan con la práctica de la medicina defensiva para, finalmente, analizar la situación de crisis que afecta a los sistemas de RPM en algunos otros países, especialmente EEUU, en tanto que la mayoría de expertos concluyen, como veremos, en determinar su claro impacto en la práctica médica diaria. Por último, mencionaremos algunas recomendaciones cuya finalidad es prevenir reclamaciones y actuar conforme a la normopraxis.
Nowadays, the claims and demands of the patients are the main cause of medical defensive procedures and we could assert that the existence itself of this defensive medicine would perish if such demands had not place. And that is precisely the hazardous boomerang effect of this defensive medical practice.
Through the last years, the claims of presumptuous mistake, imprudence, negligence or harms consequent to medical care against physicians are increasing to such an extent in Spain that, though not reaching the USA and other Anglosaxon countries levels, are leading to a growth of the sensitiveness regarding the medical profession. Undoubtedly, the current medical practice is getting more specialized day by day, thus implying liability engaged diagnostic and therapeutic procedures that, attached to a series of factors, like a well-being society that goes through fast and intense technological and scientific changes, foster the belief that as far as the technical reach is greater, the results get better too. But, the medical profession of the XXIth century is enduring a critical moment that must face assuming unprecedented challenges to accomplish not only the change of the expectations but also the new public and political requisites regarding the quality, safety and expense control.
In this context, the physicians meet more difficulties to carry out their job and the sound physician-patient relationship that keeps on stemming, mainly, from the mutual confidence, gets distorted till it leads to conflict situations that nobody would have imagined. New phenomena, like the violent episodes against physicians in their working place or the medical presence in the media, not always offering the profession's best image are rising. And, given this situation, new claims and demands are filed day after day. Many times, these end up in complaints or demands against the medical practitioner, the medical centre or the healthcare administration in the Spanish courts.
The growth of complaints within the medical field conditions the medical actions towards the safest options and, sometimes, it leads to the over-ordering of diagnostic tests and unnecessary referrals that obviously belong to the so called “defensive medicine”.
In the United States, the practice of the “Defensive Medicine” is related to the phenomenon known as “Malpractice Crisis”, that has been object of an intense and controversial debate on the convenience of reforming the legal system of the MPR given the deep crisis that affects the malpractice insurance market.
The dramatic increase of the demands, coincident with a noticeable increase of the compensations cost levels for harms, have rebounded in the price of the insurance premiums of the physicians to such an extent that, in some states where no legislative reforms have taken place, these amounts count more than two digits while in some high liability specialties have become completely unaffordable.
The physician, in the course of his/her professional practice, can be asked another kind of responsibility, understanding the MPR as the obligation engaged by the physicians of repairing and satisfying the consequences derived from their actions, omissions and mistakes, voluntary an even non-voluntary within certain boundaries, committed during the practice of his/her profession. It is mandatory for the Medicine and not the Law to state the general criteria of “good practice” at each moment.
In this article, the types of medical responsibility regarding the Spanish set of laws are exposed; the aim is to describe the context and activities that are thought to be defensive medicine practices and finally, analyze the crisis situation that affects the MPR systems in other countries, specially the USA, while showing what the vast majority of scientists agree with, that is, the impact of these procedures on the daily medical practice. At last, some endorsements aimed at preventing claims and acting accordingly to the normopraxis, are exposed.