David García Avendaño, María Cristina Ochoa Estrada, Isaías Iván Briceño Rodríguez
En el presente estudio se buscó determinar la actitud de la enfermera ante la muerte de la persona en la unidad de cuidados intensivos. Se realizó un estudio descriptivo no probabilístico, con un muestreo a conveniencia en el que participaron 30 profesionales de enfermería adscritos a una institución de segundo nivel en el estado de Durango, México. Se utilizó el Cuestionario de Actitudes ante la Muerte (CAM), elaborado a partir de la revisión del Death Attitudes and Self-Reported Health – Relevant Behaviors, en una versión cubana. Este incluye 33 reactivos, agrupados para su interpretación en seis sub-escalas: evitación, aceptación, temor, pasaje, salida y perspectiva profesional. Los hallazgos permitieron concluir que el profesional de enfermería está preparado para cuidar la vida, considerando que, a nivel general, acepta la muerte como un hecho inevitable. No obstante, desde la perspectiva profesional del personal de enfermería, la muerte es considerada como un alivio, al ver la carga que evidencian los familiares del paciente en su proceso final.
In the present study we seek to determine the attitude of nurses towards a person’s death process in the intensive care unit. A descriptive, non-probabilistic study was carried out, using convenience sampling of 30 nursing professionals assigned to a second level institution in the state of Durango, Mexico. The questionnaire on Attitudes to Death (CAM), based on the review of Death Attitudes and Self-Reported Health - Relevant Behaviors, was used in a Cuban version. It includes 33 reactants, grouped in six sub-scales for analysis: avoidance, acceptance, fear, passage, departure and professional perspective. The findings allowed to conclude that the professional nursing is prepared to take care of life, considering that they accept death as an inevitable fact. Nevertheless, from the professional perspective of the nurse practitioner, death is considered as a relief, taking into account the workload experienced by the relatives in the process of death.