Sebastian Pereira, Gabriel Vindver, Fernando Manuel Bidolegui
Introducción: Las fracturas de ambos platillos tibiales ocurren por traumatismos de alta energía. A veces, pueden comprometer el tubérculo anterior de la tibia. Ni la clasificación de Schatzker ni la de la AO/OTA consideran la presencia de este fragmento. El objetivo de este estudio fue describir la incidencia y el manejo quirúrgico de este tipo de fracturas.Materiales y Métodos: Se realizó un estudio retrospectivo, entre 2009 y 2017, que incluyó 48 fracturas de ambos platillos tratadas con reducción y osteosíntesis, 10 presentaban un fragmento de la tuberosidad anterior asociado. Siete pacientes eran hombres y 3, mujeres. La edad promedio era de 33.5 años. Nueve fueron estabilizadas inicialmente con tutor externo. El fragmento de la tuberosidad se fijó con 2 tornillos de 3,5 mm (9 casos) y con una placa 1/3 de tubo (un caso). Un paciente tenía una fractura expuesta. El seguimiento mínimo fue de 12 meses.Resultados: En todos, se logró la consolidación ósea. No hubo infecciones. El rango de movilidad de la rodilla logrado fue de 10º de extensión (rango 0-20º) a 120º de flexión (rango 90-140º). En un caso fue necesario retirar el material de osteosíntesis. Un paciente requirió artroscopia para tratar una lesión meniscal.Conclusiones: El 20,8% de las fracturas de ambos platillos tibiales presenta un fragmento de la tuberosidad anterior de la tibia, según nuestra serie. La fijación de este fragmento con tornillos de 3,5 mm o una placa 1/3 de tubo bloqueada es una técnica eficaz para lograr una estabilidad adecuada del fragmento.
Introduction: Tibial plateau fractures are secondary to high-energy traumas. Sometimes, tibial tubercle is involved. Neither Schatzker nor AO/OTA classifications consider tibial tubercle involvement. The aim of this study was to describe the incidence and management of these fractures.
Methods: A retrospective study was performed between 2009 and 2017. Ten out of 48 tibial plateau fractures treated with internal fixation during this period had tibial tubercle involvement. There were 7 men and 3 women, with a mean age of 33.5 years. Nine were initially treated with an external fixation. Tibial tubercle was fixed with two 3.5 mm screws in 9 patients and with a 1/3 tubular plate in only one. There was one open fracture. Minimum follow-up lasted 12 months.
Results: All patients achieved bone consolidation. There were no infections. Achieved range of motion was 10º of extension (range 0-20º) and 120º of flexion (range 90-140º). In one patient it was necessary to withdraw the implant. One patient underwent knee athroscopy because of a meniscal injury.
Conclusions: According to our series, tibial plateau fractures associate with tibial tubercle involvement in 20.8% of cases.
Fixation with 3.5 mm screws or 1/3 tubular plate is a reliable option to treat tibial tubercle involvement.