José Ramón Martínez Riera , Carmen Gallardo Pino , Antoni Aguiló Pons , María Constanza Granados Mendoza, Jorge López Gómez, Hiram Vicente Arroyo Acevedo
La vinculación de la universidad con la comunidad a la que pertenece es uno de los principios básicos en los que esta institución se sustenta. Una comunidad será saludable en la medida en que existan múltiples conexiones entre los individuos y las subagrupaciones que la integran. Al trabajar en promoción de la salud, hablar de participación y de modelos participativos implica asumir que personas y comunidades tienen el derecho de autogestionarse. Viabilizar la participación implicará abrir posibilidades para la cogestión, la autonomía, la comprensión de realidades dinámicas, la formalización de alianzas y la transformación de contextos y formas de relación. Implicará entender la salud como un derecho. El trabajo en red es fundamental en un mundo interconectado y global. El Proyecto de Universidades Promotoras de Salud se construye desde sus inicios con la participación de la comunidad universitaria con el objetivo de mejorar las condiciones para la salud, la calidad de vida y el bienestar de todos los miembros de la comunidad. Las universidades son escenarios idóneos para implementar estrategias de mejora de los estilos de vida de sus miembros, que además trasciendan a los espacios universitarios y afecten positivamente a la vida de las personas dentro y fuera de los campus. Las redes de Universidades Promotoras de la Salud en América Latina se institucionalizaron en el año 2003, y tomaron forma de Red Iberoamericana de Universidades Promotoras de la Salud en 2007, en el marco del III Congreso de Universidades Promotoras de la Salud desarrollado en Ciudad Juárez, México. En España se creó en 2008 la Red Española de Universidades Saludables con el objetivo de reforzar el papel de las universidades como entornos promotores de la salud y el bienestar tanto de sus estudiantes como de su personal y de la sociedad, liderando y apoyando procesos de cambio social.
The connection of the University with the community to which it belongs is one of the basic principles on which the former is based. A community will be healthy as long as there are many connections between the individuals and sub-groups that form it. Working on health promotion, talking about participation and participatory models implies the assumption that people and communities have the right to self-manage. Implementing participation will involve opening up possibilities for co-management, autonomy, understanding of dynamic realities, the formalization of alliances, the transformation of contexts, and forms of relationship. It will involve understanding health as a right. Networking is fundamental in an interconnected and global world. Since its inception, the Project of Health Promoting Universities has been built with the participation of the university community towards improving the conditions for health, quality of life and well-being of all members of the community. Universities are ideal scenarios to implement strategies to improve the lifestyles of their members that also transcend to the university spaces and positively affect the lives of people on and off campus. The networks of Health Promoting Universities in Latin America were institutionalized in 2003, and took the form of the Ibero-American Network of Health Promoting Universities in 2007 within the framework of the third Conference on Health Promoting Universities held in the city of Juarez, Mexico. In 2008, the Spanish Network of Healthy Universities was created in Spain, in order to enhance the role of universities as environments that promote the health and well-being of their students, their staff and society, leading and supporting processes of social change.