Lorena Montealegre Iniesta
Son escasos los estudios con muestras adecuadas y metodología correcta sobre del dolor en los ancianos. En gran parte, porque la muestra de población son pacientes mayores, polimedicados y pluripatológicos.
Sin embargo, la prevalencia del dolor en los mayores es de 250/1.000 mayores de 60 años, el doble que en población menor de 60 años. Algunos estudios señalan que el dolor sería un síntoma relevante en el 60% de los ancianos en domicilio, aumentando en la población de más edad con cifras cercanas al 70% en los mayores de 77 años, alcanzando el 80% en pacientes institucionalizados.
La causa más habitual de dolor crónico en los ancianos es el dolor osteomuscular, por lesiones degenerativas, traumáticas y/o inflamatorias que afectarían al aparato locomotor.
El envejecimiento se ha relacionado con una disminución de la percepción del dolor, en función de los cambios en la captación, conducción e integración de los estímulos nociceptivos, creando un estado de hipoalgesia, es decir, una respuesta reducida a un estímulo que habitualmente es doloroso, también llamado presbialgia.
Diversos autores que han revisado los estudios experimentales realizados con ancianos, coinciden en que los datos no confirman ese estado hipoalgésico, afirmando que el conocimiento actual es insuficiente para esa afirmación y que los resultados obtenidos en estudios diferentes son incluso contradictorios a veces.