El tratamiento farmacológico actual de las enfermedades que cursan con obstrucción al flujo aéreo está basado principalmente en la utilización de broncodilatadores y antiinflamatorios cuya eficacia está altamente probada por vía inhalada.
Los corticoides inhalados siguen siendo los fármacos más indicados en el tratamiento del asma persistente, junto con los broncodilatadores de acción prolongada. Los broncodilatadores de acción corta se utilizarán como fármacos de rescate. En la EPOC los broncodilatadores más recomendados son los atropínicos mientras que los corticoides inhalados tienen una efectividad muy individualizada.