A medida que se han ido desarrollando nuevos modelos de atención sanitaria, que integran aspectos psicológicos y sociales de la enfermedad, las emociones se han ido planteado de forma indiscutible como una de las variables a tratar y controlar en este nuevo concepto de salud. Las emociones no sólo influyen en la salud y en el desarrollo de las enfermedades, también son responsables del agravamiento, recuperación o cronificación de las mismas.
En el presente trabajo analizamos cómo interpreta el individuo los procesos oncológicos, cuáles son los mecanismos de afrontamiento que se desarrollan, la imagen social del cáncer y, finalmente, los recursos ofrecidos por el sistema terapéutico y las redes sociales para regular y expresar sus emociones.