Hoy por hoy, podemos afirmar que, aunque algunos marcadores tumorales colaboran en el diagnóstico de determinadas neoplasias, su utilidad se centra en dar información sobre el pronóstico de la enfermedad y ayudar en el seguimiento de la misma. Los dos problemas principales que se nos plantean en este campo son la baja especificidad de muchos de ellos, sobre todo cuando la enfermedad es asintomática, y lo complicado que resulta técnicamente la determinación de otros, que lo hace impracticable en la población general. Recientemente, las investigaciones se están centrando en el descubrimiento de anticuerpos monoclonales con alta especificidad y a la mejora de las técnicas de detección, lo que permitiría un avance importante en el diagnóstico precoz en la población general, el tratamiento y el seguimiento de las neoplasias.