Las lesiones pigmentadas de la piel a menudo se prestan a confusión con los melanomas, por lo que su correcta identificación y actitud a seguir son motivo de preocupación para el médico de atención primaria.
En la actualidad el manejo del melanoma es un problema multidisciplinario que precisa de tres pilares básicos: la prevención primaria para disminuir la incidencia, el diagnóstico precoz que permita su curación y el tratamiento efectivo que incluye técnicas de cirugía, la quimioterapia e inmunoterapia. Desde la atención primaria se debe recomendar limitar la exposición solar y utilizar medidas de protección, así como realizar un cribado activo de las lesiones y el posterior diagnóstico y tratamiento precoces.