El incumplimiento terapéutico farmacológico es un importante problema de salud por las consecuencias que de él se derivan. Su prevalencia en España oscila entre el 16,7 y el 66,2%. Las estrategias para mejorar el cumplimiento tratan de evitar los cinco aspectos que lo dificultan: falta de conocimientos y actitudes hacia la enfermedad y la medicación, el miedo a los efectos adversos y su propia aparición, el olvido de las tomas, la falta de un adecuado soporte social, sanitario y familiar, y la propia decisión del paciente. Las estrategias que han demostrado mayor eficacia combinan dos o más intervenciones y el esfuerzo requerido para evitar un incumplimiento con estas estrategias no es elevado (el número necesario de pacientes a tratar se sitúa entre 2,4 y 4).