Los antibióticos son uno de los fármacos que con mayor frecuencia producen diarrea como efecto secundario. Entre los agentes patógenos asociados a este tipo de diarrea, Clostridium difficile es el más estudiado. El diagnóstico se basa en la clínica (estudio reciente de consumo de antibióticos) y en pruebas de laboratorio basadas en el aislamiento de C. difficile por cultivo y detección de sus toxinas en heces. El tratamiento antimicrobiano de elección es el metronidazol o la vancomicina por vía oral.