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Teniendo en cuenta que la causa de las caídas es multifactorial, hemos querido valorar en este trabajo de investigación cuasi-experimental un factor de riesgo específico como es la movilidad del tobillo, concretamente la dorsiflexión y demostrar si tiene relación directa con las caídas y si puede mejorar con un programa de fisioterapia para prevenirlas. Para ello, se ha realizado un estudio sobre una población de 143 personas, con edades comprendidas entre los 60 y los 90 años; 23 institucionalizadas y 120 no institucionalizadas; un grupo realiza ejercicio físico, incluido el programa para la mejora de la movilidad, otras no hacen ejercicio físico ni el programa fisioterápico. El método llevado a cabo consistió en la "medición de la dorsiflexión del pie" con un goniómetro específico para esta prueba, similar a otro utilizado en Francia; la prueba de apoyo unipodal de cinco segundos como prueba complementaria; la realización de un programa fisioterápico (ejercicios específicos para la articulación del tobillo) y finalmente una segunda medición a los dos meses para la comprobación de resultados.
En la primera medición, los no institucionalizado tienen mayor dorsiflexión, mejor tiempo en apoyo unipodal y se caen menos que los institucionalizados. En general, a mayor edad, la dorsiflexión disminuye, aumentando las caídas. Tras la aplicación del programa fisioterápico la media de dorsiflexión de los no institucionalizados mejoró significativamente, con una P de 0.000.
Consideramos que la dorsiflexión del tobillo podría ser un marcador predictivo de caídas y que un programa fisioterápico mejora la dorsiflexión pudiendo prevenirlas.
