David Redondo Dominguez, Luis Picazo, María Luisa Docavo, Juan González del Castillo
Hemos leído con gran interés el artículo publicado por Dolengevich-Segal (Dolengevich-Segal et al., 2017) donde se hace una interesante revisión sobre un fenómeno emergente como es el chemsex, y las diferentes drogas que se utilizan en este tipo de prácticas.
Nos gustaría poner de manifiesto la importancia y utilidad de la publicación, por el progresivo incremento en la prevalencia del consumo de drogas en el contexto de la actividad sexual en hombres que mantienen sexo con hombres (HSH) en Europa Occidental (Fernández-Dávila et al,. 2016). Esto conduce a la necesidad de poner en marcha estudios epidemiológicos que evalúen el fenómeno, pero no solo desde el punto de vista de salud mental, sino también desde el campo de las enfermedades infecciosas y de la toxicología. No debemos olvidar que este tipo de prácticas suponen un incremento en el riesgo de infección por enfermedades de transmisión sexual y los problemas desde el punto de vista toxicológico al que pueden dar lugar el consumo de drogas. Ambos constituyen motivos de consulta en los servicios de urgencias (SU), donde debería incrementarse la formación necesaria para abordar los problemas derivados del chemsex.