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La competencia personal y social está constituida por un conjunto de conductas, capacidades y estrategias, que permiten a la persona construir su propia identidad, actuar competentemente, relacionarse satisfactoriamente con otras personas, afrontar los retos y las dificultades de la vida y valorarse a sí mismo, pudiendo de este modo adaptarse a su medio, obtener un bienestar personal e interpersonal y vivir una vida más plena y satisfactoria. El desarrollo de estas competencias requiere de especial atención al día de hoy, debido a las fuertes transformaciones sociológicas producidas por el hondo impacto que los medios tecnológicos de la comunicación han ocasionado en la vida cotidiana, al reducir drásticamente el número de interacciones interpersonales diarias “cara a cara”, así como a que, muchas veces, las competencias personales y sociales, se sitúan por debajo de las habilidades cognitivas, poniendo en evidencia cómo los aprendizajes se centran en los aspectos intelectuales y el éxito académico, olvidando el bienestar personal y los aspectos socioemocionales. El desarrollo de una adecuada competencia social es necesario para adaptarse en lo personal y social de la vida adulta; de lo contrario se produce una inhabilidad interpersonal que puede llegar a tener consecuencias negativas para la persona (baja aceptación, rechazo o aislamiento social, problemas emocionales, desajustes psicológicos, etc.).
Personal and social competence is made up of a set of conducts, abilities and strategies, allowing a person to build up his/her own identity, to act competently, to satisfactorily relate to others, to face challenges and the difficulties of life and to conduct a self-assessment, thereby adapting to his/her surroundings, obtaining personal and interpersonal wellbeing and living a full and satisfactory life. How these competences are developed is of particular importance today, due to the huge sociological transformations triggered by the deep impact of technological media resources on day-to-day life, which have drastically reduced the number of daily “face-to-face” interpersonal interactions; furthermore, very often, personal and social competences are ranked below cognitive skills, thus evidencing how learning focuses on intellectual aspects and academic success, overlooking personal wellbeing and socioemotional aspects. Development of adequate social competence is necessary in order to adjust to adult life in personal and social matters; otherwise, interpersonal inability arises, which may eventually have negative consequences for a person (low acceptance, rejection or social isolation, emotional issues, psychological disorders, etc.).
