La condición biológica con que llegamos a la vejez depende en gran medida de los estilos de vida mantenidos. De éstos, el binomio actividad-obesidad emerge como un factor principal de riesgo de fragilidad; los cambios biológicos que promueven, en especial el estado de inflamación crónica, son efectores principales de sarcopenia, que es una de las bases de la fragilidad. Tales cambios también afectan a otros sistemas, como el vascular y el nervioso central, que concurren en el daño junto con la sarcopenia y sugieren un rasgo común. Este hecho apoya que la alteración de dichos sistemas pueda ser incorporada al fenotipo de fragilidad. Con estas premisas, y con los datos del estudio Toledo para un Envejecimiento Saludable, se propone una ampliación del fenotipo de fragilidad haciéndolo operativo mediante una escala que evalúa el rasgo de fragilidad.
A person's biological condition in old age partly depends on previous lifestyles. Consequently, the relationship between physical activity and obesity is emerging as an important risk factor for frailty, especially due to the resulting chronic inflammatory state. This inflammation not only leads to sarcopenia, which is basic to the development of frailty, but also affects the vascular and central nervous systems. Therefore, we believe that these two systems should be included in the frailty phenotype. Under these premises, and using the data from the Toledo Study for Healthy Aging, we propose that the frailty phenotype be extended and recommend the use of a scale to evaluate the frailty trait.