Mª Antonia Martínez Momblán, Eugenia Resmini, M.J. Barahona Constanzo
• Objetivos: Describir los factores de riesgo cardiovascular que se presentan en el paciente con Síndrome de Cushing (SC), para establecer programas educativos adaptados a este grupo de pacientes.
• Método: El ámbito de estudio se desarrolló en el Hospital de Sant Pau, en el Servicio de Endocrinología. Se extrajeron datos de las Historias Clínicas de los pacientes que fueron visitados en consultas con diagnóstico de SC en el 2005, realizándose una recogida retrospectiva. No se excluyó ningún paciente, independientemente de los años de duración de la patología, de las opciones terapéuticas o del tratamiento farmacológico recibido, incluyendo todos los pacientes con SC. Elaboramos una hoja de recogida de datos demográficos, clínicos (peso, índice de masa corporal, tensión arterial, perímetro abdominal) y analíticos (lípidos, glicemia); para el tratamiento informático se utilizó el programa SPSS.
• Resultados: El perímetro abdominal fue mayor en pacientes no curados (100.8 ±13.9cm) que en controles (89±12.8cm) (p<0.05). Respecto al peso no se encontraron diferencias significativas entre controles (69,9±13,3Kg), curados (69,9±16,5Kg) y no curados (76,4±16,5Kg). El IMC tampoco reflejó diferencias en los tres grupos en estudio:
control (26,5±5,2), curados (27,8±6,4) y no curados (29,3±3,8). El colesterol fue más alto en los pacientes curados (5.90±0.92mmol/L) que en controles (5.38±1.07mmol/L) (p<0.05), al igual que los triglicéridos (1.20±0.51mmol/L versus controles 1.05±0.56mmol/L; p<0.05). Ambos grupos de pacientes presentaron presión sistólica mayor que los controles (curados,128.3±16.7mmHg p<0.05; no curados,134.1±13mmHg, p<0.001). Los no curados (78.6±9.2mmHg) presentaron además presión diastólica mayor que los controles (72.3±8.6, p<0.05) Fig.3. No observamos diferencias en la glicemia basal entre los 3 grupos de pacientes.
• Conclusiones: Los pacientes con SC, curados de su hipercortisolismo y con enfermedad activa presentan mayor riesgo cardiovascular y metabólico, comparados con el grupo control. La enfermera educadora deberá contemplar e incluir en los programas de prevención secundaria a dichos pacientes, para promocionar hábitos saludables, prevenir y controlar sus factores de riesgo
• General aims: Describe the cardiovascular risk factors in the patient with Cushing’s Syndrome (SC) to establish educative programs adapted to this group of patients.
• Design: Data were collected retrospectively from the medical histories (HC) • Fields and subjects: the study was developed in Hospital de Sant Pau, in the endocrinology service. Data were collected from medical histories, from patients visited in the hospital with a diagnosis of SC in 2005. No patient was excluded, independently from the duration of pathology, therapeutic approach or pharmacological treatment, including all patients with Cushing’s Syndrome.
• Collection and data analysis: A form was designed to collect demographic data, clinical data (weight, body mass index, blood pressure and waist) and analytical data (lipid and glicemy); for the analysis SPSS was used.
• Results: Waist was increased in active patients (100.8 ±13.9 cm), compared to controls (89±12.8 cm) (p<0.05).
For weight, no differences were found between controls (69,9+13,3 Kg), cured (69,9+16,5 Kg) and active patients (76,4±16,5 Kg). BMI did not reflect differences between the three groups: control (26,5±5,2), cured (27,8±6,4) and active (29,3±3,8). Cholesterol was higher in cured patients (5.90±0.92 mmol/L) than in controls (5.38±1.07 mmol/L) (p< 0.05), and the same was found for triglycerids (1.20±0.51 mmol/L versus controls 1.05± 0.56 mmol/L ; p<0.05). Both patient groups presented higher systolic pressure than controls (cured, 128.3±16.7 mm Hg p<0.05; active, 134.1±13.
mmHg, p<0.001 (78.6±9.2 mmHg) (Fig 3). There were no differences in basal glicemy in the 3 groups.
Conclusions: Patients with SC, both cured and active, have higher cardiovascular and metabolic risk, compared to controls. The educational nurse should contemplate and include those patients in the secondary prevention programs, in order to promote healthy habits, prevent and control risk factors.