La perforación coronaria es una complicación del intervencionismo coronario cuya incidencia oscila entre el 0,2% y el 0,6%, pudiendo llegar a causar infarto agudo de miocardio o taponamiento cardiaco, aumentando así la mortalidad hasta un 10%.
En el presente trabajo se expone el caso de un paciente de 67 años sometido a revascularización de la arteria Descendente Anterior mediante RotablatorTM (Sistema de Aterectomía Rotacional, Boston Scienti!c, USA). Tras la intervención se objetiva una perforación de dicha arteria coronaria en su segmento distal. Después de practicarle una pericardiocentesis de urgencia, se procedió a la reparación de la perforación mediante la embolización de grasa subcutánea inguinal del propio paciente, que se introdujo a través de un microcatéter en la parte distal de la arteria, a modo de sellado.
Durante el procedimiento se aplicó el proceso enfermero empleando las taxonomías NANDA, NIC, NOC, mediante el cual el paciente fue diagnosticado de disminución del gasto cardiaco (00029) relacionado con disminución del volumen de eyección, manifestado por alteración de la precarga, postcarga y contractilidad. Nuestro plan de cuidados se centró en controlar la severidad de la pérdida de sangre para lo cual nuestras principales intervenciones se basaron en la prevención del shock y la monitorización hemodinámica invasiva.
La escasa literatura existente y el excelente resultado obtenido mediante esta técnica, hacen de este procedimiento algo novedoso y a tener en cuenta a la hora de resolver este tipo de complicaciones
In Coronary perforation is a complication of coronary intervention, with an incidence ratio ranging from 0.2% to 0.6%, and can cause acute myocardial infarction or cardiac tamponade, thereby increasing mortality up to 10%.
In this paper, we present the case of a 67-year-old patient who underwent Anterior Descending artery revascularization by RotablatorTM (Rotational Atherectomy System, Boston Scientic, USA). After the intervention, a perforation of said coronary artery is objectied at its distal segment. After practicing an emergency pericardiocentesis, we proceeded to repair the perforation by embolization of inguinal subcutaneous fat from the patient himself, which was introduced through a microcatheter in the distal part of the artery to seal it.
During the procedure, we applied the nursing process using the NANDA, NIC, NOC taxonomies, whereby the patient was diagnosed with decreased cardiac output (00029), related to decreased stroke volume and manifested by altered preload, afterload and contractility. Our care plan was focused on controlling the severity of blood loss, and with that aim our main interventions were based on the prevention of shock and on invasive hemodynamic monitoring.
The limited literature available and the excellent result obtained by this technique make this procedure something novel and to be taken into account when resolving this kind of complications.