Juan Manuel García Manso , Enrique Arriaza Ardiles, Teresa Valverde, Fabián Moya Vergara, Claudia Mardones Tare
El objetivo de este estudio fue evaluar los efectos del entrenamiento concurrente (fuerza y resistencia) sobre las carreras de media distancia en sujetos jóvenes de moderado nivel de rendimiento. Se aplicó un trabajo organizado en fases de diferente orientación de fuerza, lo que se conoce como periodización por bloques. Quince universitarios sanos y físicamente activos participaron voluntariamente en el estudio. Fueron organizados aleatoriamente en dos grupos: uno que entrenaba solo resistencia (Grupo Resistencia: GR): Edad=21.3±2.3 años; Peso Corporal=66.8±1.9 kg; Estatura=172.0±2.3 cm; Grasa Corporal=10.8±1.1%) y otro (Grupo Fuerza-Resistencia: GFR): Edad=20.9±1.2 años; Peso Corporal=69.8±1.3 kg; Estatura=172.8±3.9 cm, Grasa Corporal=11.4±0.6%) al que se le añadió un protocolo de entrenamiento de fuerza de 9 semanas (2 días/semana) de duración. No se detectaron grandes diferencias en los cambios observados en ambos grupos al final de las nueve semanas. Los dos grupos mejoraron significativamente su rendimiento en las carreras de media y larga duración, la fuerza, la resistencia de fuerza y su capacidad aeróbica (VO2max). Los cambios fueron poco apreciables en el resto de las pruebas evaluadas (60 y 300 metros). Los mayores beneficios se encontraron en la carrera de 2000 metros. Dichas mejoras se detectaron desde el primer mesociclo de entrenamiento y fueron especialmente evidentes al final de las nueve semanas. No obstante, no se detectaron diferencias relevantes entre ambos grupos (6.5±3.7 vs. 3.7±2.1 ml/kg/min; F=0.534; IC95%= -0.198, 5.932; p=0.65; ES=0.434). En conclusión, podemos afirmar que en esta muestra incorporar un trabajo de fuerza no conlleva mayores beneficios que entrenar solo la carrera.
The aim of this study was to assess the effects of concurrent strength and endurance training on middle distance races in young athletes with moderate levels of performance. An organized work divided into different strength phases, also known as bloc periodization, was applied. Fifteen healthy and physically active university participants volunteered for the study. Individuals were randomly organized into two groups: resistance training group (RG: Age=21.3±2.3 years; Body Mass=66.8±1.9 kg; Height=172.0±2.3 cm; Fat Mass=10.8±1.1%) and strength training group (SG: Age=20.9±1.2 years; Body Mass=69.8±1.3 kg; Height=172.8±3.9 cm, Fat Mass=11.4±0.6%) who performed a strength protocol during 9 weeks (2 days/week). No significant differences were observed at the end of the nine weeks training. Both groups improved significantly their performance in the medium and long distance races, strength, resistance strength and their aerobic capacity (VO2max). Few changes were appreciable in the rest of the evaluated tests (60 and 300 meters). The greatest benefits were observed in the 2000 meters race. These improvements were detected from the first mesocycle and were especially evident at the end of the nine weeks. However, no significant differences were detected between groups (6.5±3.7 vs. 3.7±2.1 ml/kg/min; F=0.534; CI95%= -0.198, 5.932; p=0.65; ES=0.434). In conclusion, we can affirm that in this sample, incorporating strength training does not lead to greater benefits in comparison to just training the running performance.