El presente estudio describe una experiencia de formación en informática para personas mayores y pretende conocer los efectos que produjo el curso en los participantes en tres sentidos: la actitud hacia los ordenadores, el manejo autónomo del ordenador y la satisfacción con la experiencia. Con respecto a la actitud, se elaboró un cuestionario que se aplicó a 53 personas antes y después del curso, obteniéndose unas actitudes previas favorables hacia los ordenadores, que mejoraron en la medición tras la prueba. En cuanto al aprendizaje, se evaluó a 32 participantes a partir de la medida de su rendimiento en cuatro tareas básicas. Prácticamente el 40% fue capaz de resolver todas las tareas de manera autónoma. Por último, la satisfacción con el curso, evaluada en 182 participantes, se mostró muy elevada. Destacó la positiva valoración que recibieron los aspectos expresivos de la experiencia, como el clima en el que se desarrolló el curso y la relación con los compañeros. Finalmente se comentan algunas limitaciones del estudio y sus implicaciones como indicador de los múltiples beneficios de la formación en la vejez.