Enrique Ramón Arbués
El estado de “dependencia” conlleva una mayor demanda de recursos sanitarios y puede originar un cambio en los roles de las personas que rodean al dependiente, muy especialmente en la persona que asume la figura de cuidador principal. Diversos estudios han analizado los efectos del desempeño del rol de cuidador sobre la salud y la calidad de vida observando, en la mayoría de los casos, deterioros de los mismos. No obstante, las investigaciones previas generalmente se han centrado en muestras específicas de cuidadores de enfermos con un determinado diagnóstico (Alzheimer, demencia, accidente cerebro vascular, cáncer, etc) quedando limitada la posibilidad de generalizar resultados e identificar factores comunes a cualquier diagnóstico de los receptores de cuidados. Otro aspecto sobre el que todavía se ha estudiado poco es la influencia del género sobre la vivencia de cuidar. En respuesta a estas lagunas de la literatura los objetivos de esta investigación fueron:
• Describir el perfil del cuidador principal de personas dependientes en nuestro medio y determinar qué variables se relacionan de forma independiente con sus niveles de sobrecarga.
•Evaluar posibles desigualdades de género en la experiencia de cuidar, a través de la comparación de los niveles de sobrecarga y los factores asociados a la misma en función del género del cuidador.
Para dar respuesta a estos objetivos se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal en el que se solicitó la participación en la investigación a los cuidadores principales de personas con algún grado de dependencia determinada a través de la Escala de Barthel. La captación de los participantes se realizó de forma consecutiva en las consultas de enfermería de 9 Centros de Salud pertenecientes a los Sectores I, II y III de la Comunidad de Aragón.
La sobrecarga del cuidador como variable dependiente fue evaluada a través de la versión española de la Escala de Zarit. Como variables independientes se incluyeron aracterísticas del dependiente (edad, lugar de residencia, severidad de la dependencia evaluada a través de la Escala de Barthel, reconocimiento oficial de la situación de dependencia, percepción y/o disfrute de algún tipo de ayuda externa y continencia urinaria) y características del cuidador (edad, sexo, nivel educativo, tiempo en años como cuidador, tiempo diario dedicado a cuidar, grado de parentesco, convivencia con el dependiente, trabajo remunerado fuera del hogar, nivel de dolor percibido a través de la Escala Visual Analógica y morbilidad).
El análisis descriptivo de los datos se realizó a través de la media y desviación estándar para las variables cuantitativas y el número y porcentaje para las cualitativas. Para la comparación de las características de los grupos de hombres y mujeres cuidadores se utilizaron los test de Chi cuadrado para las variables cualitativas y T de Student para las variables cuantitativas.
El análisis bivariable entre la variable sobrecarga del cuidador (puntuación en la Escala de Zarit) y otras variables cuantitativas se llevó a cabo mediante el coeficiente de correlación de Pearson. Para la comparación por variables cualitativas se utilizaron las pruebas T de Student y ANOVA. Además, se desarrollaron 3 modelos de regresión múltiple con el método de pasos sucesivos para determinar los factores predictivos independientes asociados a la puntuación de la Escala de Zarit del total de la muestra de cuidadores y de los subgrupos de mujeres y de hombres cuidadores. Para todas las pruebas realizadas se consideró un nivel de significación estadística de p<0,05 bilateral.
392 (336 mujeres y 56 hombres) cuidadores principales fueron incluidos en el estudio. El perfil de cuidador de la muestra fue el de una mujer, de 56 años, con estudios básicos o medios e hija del dependiente. Hasta un 72,4% de los cuidadores encuestados mostraron algún nivel de sobrecarga.
Se observaron diferencias considerables en los factores implicados en la sobrecarga de hombres y mujeres cuidadoras. Para el subgrupo de mujeres la presencia de dolor, morbilidad, la relación de parentesco 1er grado y la severidad de la dependencia se asociaron de forma independiente y directa a mayores niveles de sobrecarga. Por el contrario, la edad del dependiente y el tiempo transcurrido como cuidadora se relacionaron de forma inversa (p<0,05). En el subgrupo de hombres se relacionaron de forma independiente y directa con los niveles de sobrecarga la edad del cuidador, la presencia de alguna enfermedad crónica en el cuidador y la severidad de la dependencia del receptor de cuidados (p<0,05). En cualquier caso, los niveles de sobrecarga fueron significativamente superiores en el grupo de mujeres cuidadoras respecto al de hombres (p<0,05).
Los resultados de este estudio muestran importantes diferencias en los factores que afectan a la experiencia de cuidar de hombres y mujeres y permiten inferir que las características asociadas a los roles de género determinan un mayor nivel de sobrecarga en las mujeres que en los hombres. A la luz de estos hallazgos parece necesaria la inclusión de la perspectiva género en las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento de la sobrecarga del cuidador por parte de los profesionales sanitarios.