Santiago de Compostela, España
Este trabajo tiene como objetivo evaluar los efectos a largo plazo de un programa manualizado que interviene sobre niños con problemas de conducta, sus familias y sus profesores. El programa involucró, durante el curso 2007-08, a 14 escuelas que fueron asignadas aleatoriamente a las condiciones de intervención (45 familias participantes) y control (30 familias). A partir de un screening que identificó niños con problemas significativos de conducta en la familia y en la escuela, el programa fue aplicado en ocho de esos centros. Siete años más tarde, se pudo contactar de nuevo con 58 familias (37 de intervención y 21 control), con características equivalentes al total de participantes en el estudio inicial. Por medio de informes obtenidos de los participantes y de sus padres, y a través de comparaciones con análisis multivariables de la varianza, se apoya la eficacia del programa en la reducción de los problemas de conducta y de la implicación con amigos antisociales.
Asimismo, se encuentra que el programa promueve la competencia social y comunicativa de los participantes. En cuanto al consumo de drogas, el grupo de intervención muestra actitudes menos favorables hacia las drogas, menor intención de consumo, menor frecuencia de consumo de tabaco y menor intensidad de consumo de alcohol. Estos resultados apoyan la utilidad de los programas multicomponente de intervención sobre los problemas de conducta como una vía para prevenir, a largo plazo, trayectorias de desarrollo desfavorables, en las que el consumo de drogas es una pieza fundamental.
The aim of this study is to evaluate the long-term effects of a manualised program which intervenes on children with earlyonset conduct problems, their families and teachers. The program evaluation involved 14 primary schools which were randomly assigned to the intervention (45 participating families) and control (30 families) conditions during 2007-2008. After a screening process which identified children with significant conduct problems both at home with their family and at school, the program was implemented in eight schools. Seven years later, 58 families (37 from the intervention group and 21 from the control group), with characteristics equivalent to those of the study’s entire initial group, were contacted again. With measures administered to the children and their parents, comparisons through multivariate analyses of variance between intervention and control groups supported the program’s efficacy in reducing both conduct problems and relations with antisocial peers. Furthermore, the program fostered social and communication skills. As regards drug use, the intervention group showed less favourable attitudes towards drugs, lower intention of drug use, lower frequency of tobacco use and lower intensity of alcohol use. These results support the usefulness of multicomponent programs for conduct problems as a way to prevent, in the long term, unfavourable developmental trajectories, where drug use is a key element.