El objetivo de este artículo es invitar a la reflexión acerca de la terminología empleada en la denominación identificadora de los profesionales que ejercen dentro del ámbito de las matronas en relación con cuestiones de género y sexismo lingüístico. Estos usos e imprecisiones del lenguaje no parecen adecuados y deben adecuarse y normalizarse sin prejuicios, con una visión más paritaria y realista, más propia de los tiempos que corren que de otros felizmente superados.