Consuelo Pedrón Giner
La nutrición artificial ha experimentado un desarrollo muy importante en los últimos años debido, fundamentalmente, al aumento de la supervivencia de los pacientes con enfermedades agudas y crónicas, al mejor conocimiento de las necesidades de energía y nutrientes, a la disponibilidad de nuevos sustratos y a la existencia de nuevos materiales para llevarla a la práctica.
El paciente pediátrico que necesita nutrición parenteral (NP) no constituye un grupo homogéneo no solo por las peculiaridades de cada enfermedad, sino también debido a la edad ya que, en función de esta, varían las características fisiológicas y las necesidades para el crecimiento y, por tanto, la composición de la NP.
Además, existe una gran variabilidad en la práctica del soporte artificial y en concreto de la NP y más todavía en el niño debido a sus características biológicas.