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Pere Tudela, Anna Carreres Molas, Mónica Ballester
Debemos reconocer el error diagnóstico como un episodio adverso posible e inherente al acto clínico, e incorporarlo con normalidad al resto de los indicadores de calidad asistencial. Por diferentes fuentes de información podemos conocer su frecuencia, aunque probablemente todavía está subestimada. En contra de lo que se podría suponer, en la mayoría de los casos no acontece en enfermedades infrecuentes. Sus causas suelen ser complejas y multifactoriales, con aspectos tanto cognitivos individuales como del sistema. Estos errores pueden tener un gran impacto clínico y socioeconómico. Es necesario aprender de los errores diagnósticos para desarrollar un sistema seguro, propio de una cultura de calidad.
Diagnostic errors have to be recognised as a possible adverse event inherent to clinical activity and incorporate them as another quality indicator. Different sources of information report their frequency, although they may still be underestimated. Contrary to what one could expect, in most cases, it does not occur in infrequent diseases. Causes can be complex and multifactorial, with individual cognitive aspects, as well as the health system. These errors can have an important clinical and socioeconomic impact. It is necessary to learn from diagnostic errors in order to develop an accurate and reliable system with a high standard of quality.
