Objetivo: El objetivo de este estudio fue identificar los efectos del estrés diario y la resiliencia en el envejecimiento satisfactorio entre mayores residentes en comunidades.
Antecedentes: El envejecimiento puede ser una experiencia positiva si hay una buena adaptación a los procesos del envejecimiento. El envejecimiento positivo tiene que ser una base de la atención de enfermería, la promoción y la educación de la salud en entornos comunitarios.
Métodos: Los datos se recopilaron en marzo y abril de 2014 de 262 mayores que vivían en Seúl y Jeju, Corea del Sur. Se utilizó una encuesta de cuatro partes compuesta de datos demográficos, estrés diario, resiliencia y escalas de envejecimiento satisfactorio, un total de 91 ítems. Los datos se analizaron utilizando estadística descriptiva, t-test, ANOVA de una vía, test de HSD de Tukey, coeficiente de correlación de Pearson y análisis de regresión múltiple jerárquica para identificar la influencia de las variables sobre el envejecimiento satisfactorio.
Resultados: El envejecimiento satisfactorio tuvo una correlación negativa significativa con el estrés diario y una correlación positiva con la resiliencia. El estrés diario tuvo una correlación negativa con la resiliencia. Los resultados del análisis de regresión múltiple jerárquica indicaron que la resiliencia y el estatus económico subjetivo tuvieron un efecto sobre el envejecimiento satisfactorio. Además, estas variables representaron 41.6% de la varianza de un envejecimiento satisfactorio.
Limitaciones: Los datos se recopilaron solo en dos ciudades de Corea basados en un muestreo de conveniencia.
Conclusión: Los resultados del estudio sugieren que el estrés diario y la resiliencia tienen una relación estadísticamente significativa con el envejecimiento satisfactorio. Por otra parte, la resiliencia es un importante factor influyente y una característica personal muy necesaria para el propio envejecimiento satisfactorio.
Implicaciones para la enfermería y las políticas sanitarias: Las enfermeras pueden propugnar unirse con los responsables de políticas sanitarias y locales para implementar políticas sobre un envejecimiento saludable, incluida la evaluación del estrés, los programas educativos y la implementación de grupos de autoayuda para mejorar la resiliencia en los mayores.