Lillie Lum, P. Dowedoff, K. Englander
Objetivo: El objetivo general de este estudio fue explorar las percepciones de enfermeras formadas en el extranjero sobre el idioma inglés y los requisitos de habilidades comunicativas de la enfermería canadiense en un programa formativo puente.
Antecedentes: El aumento de la movilidad mundial de las enfermeras crea la necesidad de abordar las necesidades de formación de las enfermeras que emigran. Un gran porcentaje de estas enfermeras requieren formación adicional del idioma y de la profesión. Se necesita una nueva investigación que suponga un análisis en profundidad de sus experiencias formativas asociadas al aprendizaje del inglés académico y del lenguaje de la enfermería canadiense.
Introducción: Se argumenta que el desarrollo de la competencia en un nuevo idioma es un reto para los nuevos inmigrantes. Como la competencia lingüística es un requisito clave de los órganos reguladores de la enfermería canadiense, se requiere explorar las barreras previamente desconocidas, como actitudes y creencias sobre el requerimiento del inglés y la competencia del lenguaje de la enfermería, que pueden dificultar su capacidad para cumplir con los estándares de práctica locales.
Método: Utilizando un diseño de estudio basado en la teoría fundamentada, se recopilaron y analizaron las narrativas de 22 participantes de Filipinas, Nigeria y Europa matriculados en un programa puente.
Resultados: Los participantes identificaron la incongruencia existentes en las normas profesionales entre Canadá y su país de origen como un reto importante. Los principales temas identificados fueron disonancia cultural, retos del lenguaje académico y escepticismo con respecto a los requisitos inesperados en la competencia del lenguaje.
Discusión: Los participantes presentaron varios grados de comprensión y aceptación de los nuevos requerimientos reguladores de la formación profesional. Un cierto grado de choque cultural, que podría estar asociado con la frustración y la desilusión, es un aspecto típico y esperado del proceso de inmigración. Sus percepciones deben reconocerse y acomodarse al ayudar a las enfermeras formadas en el extranjero a integrarse en la cultura de la práctica canadiense.
Limitaciones del estudio: Cualquier generalización a otros países de acogida debe hacerse con cautela.
Conclusión e implicaciones para la política de enfermería: Se recomienda que los reguladores comuniquen con claridad sobre el idioma inglés y los requisitos del lenguaje de enfermería durante el período previo a la llegada. Si se requiere una formación puente, estos programas deben estar disefiados en el enfoque de la competencia del idioma inglés y las habilidades del lenguaje de enfermería para extranjeros que hablan inglés.