La sexualidad es un universo simbólico. En el ser humano, lo individual, lo psicosocial y lo cultural juegan una enorme influencia mutua en la expresión de la sexualidad, por lo que será diferente para cada país y cada estrato socioeconómico, para cada paciente, y aun para cada profesional de la salud en particular, que no es ajeno a su historia, su sociedad y su cultura. Las actitudes y comportamientos sexuales pueden variar enorme- mente de persona a persona y además cambiar según las circunstancias.
La proporción de pacientes que viven con cáncer y que sobreviven a él está en aumento. Este hecho ha provocado un incremento del interés por la calidad de vida y del conocimiento sobre los aspectos relacionados con ella, entre los cuales se incluye la disfunción psicosexual (dificultades sexuales no debidas directamente a factores físicos). Dicha complicación es frecuente en el tratamiento para el cáncer ginecológico y tiene una repercusión importante sobre la calidad de vida.
Las necesidades y sentimientos relacionados con la sexualidad son una preocupación presente en los pacientes y un desafío para los profesionales, al tratarse de un tema íntimo, de delicado manejo, pero real y vigente, que requiere de determinadas habilidades de exploración y tratamiento.
A veces, los profesionales prefieren dejar en manos de otro miembro del equipo las decisiones sobre los problemas sexuales; sin embargo, se estima que entre un 80% y un 90% de los pacientes se benefician de un breve consejo sexual y no necesitan de una consulta especializada.
Sexuality is a symbolic universe. In the human being, the individual, the psychosocial and the cultural have a huge influence on the expression of sexuality, so it will be different for each country and each socioeconomic stratum, for each patient, and even for each health professional in particular, that is not alien to its history, its society and its culture. Sexual attitudes and behaviors can vary enormously from person to person and also change depending on the circumstances.
The proportion of patients living with and surviving cancer is increasing. This fact has led to an increase in interest in the quality of life and knowledge about aspects related to it, including psychosexual dysfunction (sexual difficulties not directly due to physical factors). This complication is frequent in the treatment of gynecological cancer and has an important impact on the quality of life.
The needs and feelings related to sexuality are a present concern in the patients and a challenge for the professionals, since it is an intimate, delicate, but real and effective subject that requires certain exploration and treatment skills.
Sometimes, professionals prefer to leave decisions about sexual problems in the hands of another team member; However, it is estimated that between 80% and 90% of patients benefit from brief sexual counseling and do not need a specialized consultation.