La incontinencia urinaria es un problema que afecta a un gran número de la población femenina, pero que debido a sus características, oculta la mayoría de ellas, puesto que les supone un trauma en muchos casos no se consulta ni se pide ayuda para su tratamiento; por este motivo a veces se diagnostica la raíz de otros problemas que presenta el paciente, y cuando consigue confianza, es cuando confiesa lo que realmente le preocupa.
Una persona incontinente es aquella que orina en el momento y lugar inadecuados, presentando pues un problema en el control voluntario de la micción. Existen personas que creen que esta afectación es normal o que es a consecuencia de la edad; por este y otros motivos prefieren mantener en secreto su problema, suponiendo que a la mayoría de las personas con sus características les ocurre lo mismo.
Este estudio está realizado con mujeres, abarcando unas edades de 30 a 67 años. En dicho grupo se engloban desde una mujer que acaba de tener un hijo y la incontinencia que sufre es motivada por una distensión de la musculatura del periné por el peso del feto, hasta personas de edad más avanzada que presentan incontinencias crónicas; producidas por otras causas. La importancia del tratamiento radica en cáncer el diagnóstico lo más temprano posible, y tener un conocimiento de fisiología y anatomía para poder aplicar los ejercicios y distintos tratamientos a cada paciente en particular. Aunque el tratamiento se adaptará a cada paciente en particular, hemos de destacar que el fundamento del tratamiento en todos los casos es la reeducación de la musculatura del suelo pélvico. Esta reeducación es muy sencilla, pero requiere una concienciación y un buen conocimiento del esquema corporal, ya que de no ser así el tratamiento se realizaría de forma incorrecta. El resultado es muy positivo, teniendo en cuenta la importancia de la colaboración del paciente y la comprensión del tratamiento que está recibiendo para poder integrarlo y levarlo a cabo de forma correcta. Es importante destacar el éxito en los resultados que se obtienen en la mayoría de los pacientes, consiguiendo un mejor tono de la musculatura perineal, controlando la micción, evitando las pérdidas involuntarias de orina y consiguiendo, por tanto, una mejor calidad de vida, puesto que después de padecer este problema, el llegar a controlarlo puede cambiar la vida de esa persona.