Actualmente, el dolor está considerado como un problema de salud que presenta una afectación multidimensional, ya que en la experiencia dolorosa participan tanto factores sensoriales como emocionales, cognoscitivos y conductuales. Respecto a la cronicidad del dolor, la situación de tensión mantenida que experimentan las personas que lo padecen puede influenciarle negativamente en diferentes ámbitos de su vida, como laboral, social, o familiar.
Paralelamente al desarrollo conceptual del dolor crónico, se han ido construyendo diferentes instrumentos de evaluación que permiten identificar5 tanto la localización y características sensoriales del dolor, como la intensidad y variaciones del mismo, y la influencia que éste y sus consecuencias tienen en diferentes aspectos psicológicos y sociales del sujeto.
En este trabajo, tras señalar las características diferenciales más significativas de las manifestaciones dolorosas, se revisan algunos de los métodos más relevantes utilizados para evaluar el dolor crónico.