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, Laura López Bueno
El proceso de envejecimiento conlleva cambios en la postura, el equilibrio y la marcha, que unido a la pérdida de reflejos sensoriales, hace que la persona de edad avanzada sea muy propensa a tener caídas y frecuentemente de repetición, cuyas consecuencias más dramáticas son, probablemente, la fractura y el miedo a volver a una actividad normalizada.
El objetivo de este trabajo es registrar y valorar las caídas que sufrieron un grupo de personas mayores, para así intentar concretar las causas que las desencadenaron principalmente y poder ofrecer una información que sirva de prevención para evitar en lo posible nuevas caídas.
Para cumplir con el objetivo propuesto, se registraron las caídas que sufrieron los pacientes que asistían a un centro de día situado en la ciudad de Valencia.
Se registraron sus caídas durante el año 2.000.
El número de pacientes registrados durante el año 2.000 fue de 45, pues se descartaron los que por el motivo que fuere no cumplieron el año completo de estancia en el centro de día.
Realizamos una encuesta donde se recogían datos referentes a su patología principal, edad, sexo, causa de la caída, etc...
Tras la recogida de los datos, se realizó un estudio descriptivo.
Las conclusiones más significativas fueron:
El fisioterapeuta debe trabajar el equilibrio en todas las personas de edad avanzada.
La reeducación de la marcha, dirigía y controlada por el fisioterapeuta es fundamental para disminuir el riesgo de caídas.
La formación, información del fisioterapeuta sobre el uso de ayudas técnicas para la deambulación, tanto al familiar como al paciente, prevendrá caídas evitables.
La enseñanza del fisioterapeuta a los familiares cómo hacer las transferencias de su familiar en el domicilio así como de la ejecución más ergonómica y segura de las actividades de la vida diaria del paciente es muy importante.
