La Planificación Anticipada de Decisiones (PAD) la definió Teno en 1994 como un proceso de discusión entre personas, sus sustitutos y los profesionales acerca de los objetivos y la dirección deseada de la atención, sobre todo la atención al final de su vida útil, en el caso de que el paciente deje de ser competente para tomar decisiones. Una adecuada PAD posibilitaría el empoderamiento de las personas en su salud incluyendo esos momentos en los que sea incapaz para la toma de decisiones. La Enfermera Familiar y Comunitaria, desde su competencia de defender y promover la autonomía de las personas que cuida, está en la posición idónea para liderar proyectos que fomenten la participación activa, manteniendo la atención longitudinal y posibilitando el acceso a programas a toda la población. Aunque los programas PAD deberían ofrecerse a toda la población, existen grupos en los que los profesionales sanitarios deben ser más proactivos, como es el caso de la persona mayor de 75 años por su mayor proximidad el deterioro de la salud, la incapacidad y el final de la vida.