Actualmente, y en diversos países, existe una preocupación sobre el excesivo nivel de juego, pero el juego con tintes patológicos ocupa aún un lugar incierto en el campo de la adicción. Este artículo muestra los resultados de un estudio piloto que compara 16 sujetos con problemas de juego con 16 sujetos con problemas de bebida. Los resultados de un nuevo cuestionario sobre el vínculo establecido con la actividad, sugieren que los jugadores dependen del juego tanto como los bebedores de la bebida, aunque claramente con menos probabilidades de padecer síntomas de abstinencia.
Las entrevistas con los sujetos con problemas de juego sugieren que la dependencia excesiva del juego se mantiene debido a procesos cíclicos que implican fuertes sentimientos negativos asociados a las pérdidas por el juego, la escasez de dinero y la necesidad de mantener la gravedad de la dependencia al juego en secreto. Se propone que estos procesos �secundarios� junto con una motivación de incentivo primario y los efectos terciarios asociados a un comportamiento excesivo, bastan para explicar la adicción. Se va más allá al sugerir que la neuroadaptación, la tolerancia y la abstinencia, habitualmente considerados como factores primordiales en el proceso de adicción, puedan ser de una importancia comparativa menor.