Aunque se haya progresado considerablemente en la comprensión y tratamiento de la anorexia y la bulimia, una proporción significativa de personas con estos trastornos responden al tratamiento de un modo limitado. Las estrategias de tratamiento que se usan para los trastornos alimenticios suelen proceder de adaptaciones de terapias formuladas para tratar otro tipo de enfermedades psiquiátricas. Estudios recientes proponen que los trastornos alimenticios son unas tendencias íntimas que se transmiten independientemente con una única patofisiología. Estos nuevos descubrimientos ofrecen la posibilidad de que un conocimiento más profundo de la patogénesis de los trastornos alimenticios genere unas psicoterapias y una intervención farmacológica mucho más específica y efectiva.