Este artículo presenta una explicación y crítica de las razones para excluir el trastorno de personalidad pasivo-agresiva (TPPA) del DSM-IV. Se revisa la literatura clínica y de investigación sobre el TPPA así como los cambios históricos en la definición, criterios diagnósticos y uso.
El TPPA puede diagnosticarse con fiabilidad, es bastante prevalente y tiene una buena consistencia interna.
Dado que el TPPA no es menos válido que los otros trastornos de personalidad, recomendamos la reintegración del TPPA en la nomenclatura diagnóstica oficial.