Antecedentes: Los estudios de la terapia cognitivo-conductual informatizada (TCCI) muestran eficacia clínica para el tratamiento de la ansiedad y la depresión, pero no se han centrado en las barreras para su aceptación. Las barreras potenciales incluyen las consecuencias adversas, la accesibilidad y la aceptabilidad.
Método: Se llevó a cabo una revisión sistemática integral de los estudios cuantitativos y cualitativos y de encuestas de múltiples bases de datos electrónicas donde los ordenadores administraban TCCI para la ansiedad o la depresión.
Resultados: Un número considerable de participantes potenciales se pierde antes de comenzar los ensayos con pocas explicaciones. Entre los participantes en ensayos, el abandono puede ser mayor en los grupos de TCCI (odds ratio: 2.03, IC 95% 0,81-5,09). Sólo una media del 56% completaron un ciclo completo de TCCI y las circunstancias personales fueron una causa más común de abandono que las dificultades con la tecnología o el entorno social. En la mayoría de los programas el riesgo se evaluó muy pocas veces. Se necesitó tiempo del personal para apoyar a los pacientes. Los terapeutas eran más negativos sobre la TCCI que los pacientes.