Salvador Guerrero Olmedo, Manuel Coheña-Jiménez, Pedro Montaño Jiménez , Javier Perea Ramírez, Nerea Alfonso Garcés
Los síndromes de atrapamiento nervioso conforman un conjunto de patologías que cada vez se observan con mayor frecuencia en la práctica clínica, por lo que es de gran importancia conocer su abordaje. Un síndrome de atrapamiento nervioso es el conjunto de signos y síntoma s que se producen cuando una rama nerviosa es comprimida por alguna estructura anatómica con una etiología muy variada.
La clínica principal de todos ellos es dolor y parestesias en la localización del tejido nervioso. Para su diagnóstico disponemos de diversas maniobras y tests diagnósticos, además de pruebas complementarias como la RNM y las pruebas electrofisiológicas para la confirmación del síndrome. Existen distintas vías de tratamiento que utilizaremos según las características del paciente, el trayecto nervioso afectado y la evolución del cuadro. En general, se utilizará un tratamiento conservador, como el farmacológico o médico, el ortopodológico o físico entre otros. Y emplearemos el tratamiento quirúrgico en los casos con lesiones ocupantes de espacio o cuando el tratamiento invasivo no ha resultado eficaz.Los síndromes de atrapamiento nervioso conforman un conjunto de patologías que cada vez se observan con mayor frecuencia en la práctica clínica, por lo que es de gran importancia conocer su abordaje. Un síndrome de atrapamiento nervioso es el conjunto de signos y síntomas que se producen cuando una rama nerviosa es comprimida por alguna estructura anatómica con una etiología muy variada.
La clínica principal de todos ellos es dolor y parestesias en la localización del tejido nervioso. Para su diagnóstico disponemos de diversas maniobras y tests diagnósticos, además de pruebas complementarias como la RNM y las pruebas electrofisiológicas para la confirmación del síndrome. Existen distintas vías de tratamiento que utilizaremos según las características del paciente, el trayecto nervioso afectado y la evolución del cuadro. En general, se utilizará un tratamiento conservador, como el farmacológico o médico, el ortopodológico o físico entre otros. Y emplearemos el tratamiento quirúrgico en los casos con lesiones ocupantes de espacio o cuando el tratamiento invasivo no ha resultado eficaz.