Resumen: La utilización de fibras de vidrio en sustitución del amianto, además de otras aplicaciones, ha contribuido a disminuir drásticamente la incidencia del mesotelioma y otras asociadas patologías asociadas a su utilización. Sin embargo, estudios recientes apuntan a la posibilidad de que su manipulación no se encuentre exenta de riesgos. Metodología: Se realiza una revisión bibliográfica de la literatura científica publicada recientemente en las principales bases de datos bibliográficas biomédicas. Resultados: La principal forma de entrada en el organismo es por vía inhalatoria, por lo que sus principales efectos sobre la salud se producen a nivel de vías respiratorias y su capacidad patogénica depende de su composición química, el tamaño, la biopersistencia y la concentración ambiental. Conclusiones: Existe controversia en la interpretación de resultados de estudios experimentales, aunque muchos autores parecen coincidir en que las fibras 475-glass y la E-glass pueden presentar un mayor riesgo de presentar fibrosis o cáncer pulmonar en animales. La mayoría de estudios en humanos no parece demostrar relación entre exposición con fibrosis pulmonar o la disminución de la capacidad pulmonar, que parecen más relacionadas con el consumo de tabaco. Tampoco existen evidencias claras en cuanto a una posible asociación con determinados cánceres del aparato respiratorio. Estudios recientes sobre efectos citotóxicos y genotóxicos, apuntan a que FMA de diámetro menor de 3 lm y longitud superior a los 5 lm pueden inducir alteraciones en las células A549 del epitelio alveolar de los seres humanos con estrés oxidativo y peroxidación de lípidos de membrana, aunque faltan elementos suficientes que permitan confirmar estos hallazgos. En base a las evidencias existentes en la actualidad, la IARC incluye las fibras de vidrio de filamentos continuos y las lanas de vidrio, roca y escoria dentro del grupo 3 como no clasificables respecto a su potencial efecto cancerígeno y las fibras cerámicas refractarias (FCR) dentro del grupo 2B como posibles cancerígenos para los seres humanos.
Abstract: Among other applications, the use of glass fibre instead of asbestos, drastically contributed to reduce not only the mesothelioma incidence but also the other pathologies associated to its use. According to recent studies it could be that the manipulation is not exempt from the risks. Methodology: a bibliographic scientific literature review was recently published in the main biomedical bibliographic databases. Results: Since inhaling is the major organism entry route, its main health effects impact on the airwaves. Its pathogenic capacity depends on its chemical composition, the size, the biopersistence and the fibres concentration in the ambient. Conclusions: Although many authors seem to coincide that 475-glass fibre and E-glass fibre do represent a higher risk of developing fibrosis or lung cancer in animals, there is a controversy when interpreting the results in the experimental study. Most of the human studies reveal do not connect* between the asbestos exposure to the lung fibrosis or to the lung capacity decrease, which are more related to tobacco consumption. A possible association with particular cancers of the respiratory system it is not clearly verified. Although such discovery is just to be confirmed due to the lack of elements, according with recent investigations on cytotoxic and genotoxic effects, the MMFA, with a dimeter less than 3mm and more than 5 mm length, can induce variations in alveolar epithelia cells line, A549, from humans with oxidative stress and membrane lipid peroxidation. Concerning current evidences, the International Agency for Research on Cancer (IARC) includes the continuous filament glass fibres and glass wool, rock wool and slag wool fibres in group 3 -unclassifiable as to its carcinogenicity to humans and in group 2 the refractory ceramic fibres (RCF) as possibly carcinogenic to humans.