Isabel Higuera Pulgar, Almudena Ribed Sánchez, M. L. Carrasco, Irene Bretón Lesmes, Rosa María Romero Jiménez, Maria Cristina Cuerda Compés, Cristina Velasco Gimeno, Miguel Camblor Alvarez, Pilar García Peris
Introducción: la investigación sobre nuevos antineoplásicos orales sigue avanzando en los últimos años mientras que su repercusión sobre la ingesta dietética y el estado nutricional (EN) no progresa de la misma forma.
Objetivos: evaluar la ingesta dietética y EN de pacientes que inician tratamiento con inhibidores tirosina quinasa (ITK) y valorar el impacto que tienen sobre ellos.
Métodos: estudio observacional y prospectivo de seis meses en el que se incluyeron pacientes que iniciaban tratamiento con ITK. La ingesta se evaluó con: recuerdo 24 h y cuestionario de frecuencia de consumo. El EN se valoró con: medidas antropométricas y cuestionario de valoración subjetiva global generada por el paciente (VSGGP); los resultados se compararon con las referencias SENC-semFYC, 2007 y Moreiras O., 2013. Para el análisis estadístico se utilizaron: Test de Friedman, χ2, Wilcoxon, Kruskall-Wallis y Mann-Whitney. Significación p < 0,05.
Resultados: se incluyeron 22 pacientes (54,5% hombres). Al inicio del tratamiento, el 73,9% tenía un EN adecuado según VSG-GP. No se produjeron pérdidas de peso significativas, pese a que un porcentaje elevado no cubrió los requerimientos energéticos y proteicos. El número de comidas se relacionó positivamente con la ingesta calórica. La ingesta y los patrones de frecuencia de consumo por grupos de alimentos tampoco variaron durante el tratamiento.
Conclusión: la ingesta dietética al inicio del tratamiento no alcanza los requerimientos nutricionales. Los ITK no parecen afectar la ingesta ni el estado nutricional de los pacientes. El estudio de estos parámetros antes de comenzar el tratamiento evitaría futuras complicaciones y guiaría el consejo dietético.
Background: in recent years, researching about new oral antineoplastics has progressed while its impact on dietary intake and nutritional status (NS) hasn’t developed enough yet.
Objectives: dietary intake and NS assessment in patients who start treatment with tyrosine kinase inhibitors (TKI) and evaluate its impact on them.
Methods: an observational, prospective-six-months study, in which were included patients starting treatment with TKI. The intake was evaluated by a 24 h dietary record and a food frequency questionnaire. The NS was evaluated by anthropometric measurements and the patient-generated Global Subjective Assessment (PG-GSA); the results were compared with the Spanish references (SENC-semFYC, 2007 and O. Moreiras, 2013). Friedman test, χ2, Wilcoxon, Kruskal-Wallis and Mann-Whitney were used in the statistical analysis. Significance p < 0.05.
Results: 22 patients (54.5% male) were included. At baseline, NS was adequate in 73.9% of patients according PG-GSA. Weight loss was no significant, although a high percentage of the energy and protein requirements hadn´t been reached. The caloric intake was positively related with the number of meals. Dietary habits did not change during treatment.
Conclusion: dietary intake did not reach nutritional requirements at baseline. The TKI don´t seem to affect the patient´s intake and nutritional status. The research about these parameters before starting treatment could prevent future complications and it would guide the dietary advice.