Alfonso José Hernán, Skogstad Marit, Skare Øivind, María del Carmen Sáenz González , Lunde Lars-Kristian, Einarsdottirr Elin, Øvstebø Reidun, Ulvestad Bente
Introducción: La inactividad física se ha incrementado de forma considerable en la sociedad actual pudiendo acarrear efectos perjudiciales para la salud. El ejercicio físico regular motivado en el trabajo podría ser una intervención de promoción de la salud y preventiva con beneficios a corto y largo plazo, por lo que es importante documentar sus efectos fisiológicos. Material y métodos: Estudio de corte transversal que representa la primera parte de un estudio prospectivo donde 121 trabajadores viales, de mantenimiento y de oficina (42 mujeres y 79 hombres) recibieron un programa de motivación de actividad física. Se registró el grado de actividad física previa y actual. Se estudió el índice de masa corporal (IMC), la frecuencia cardíaca (FC), tensión arterial sistólica y diastólica (TAS, TAD), el pérfil lipídico, niveles de proteína C reactiva (PCR) y hemoglobina glicosilada (HbA1c). La captación máxima de oxígeno fue cuantificada por medio de ergoespirometría. Análisis de regresión lineal fueron utilizados para estudiar asociaciones entre las variables de estudio con la respectiva inclusión de variables de confusión. Resultados: Las mujeres presentaron un pérfil lipídico más favorable y valores de IMC y tensión arterial menores en comparación con los hombres. La actividad física regular más de dos veces por semana estuvo asociada a niveles menores de colesterol total (p = 0,013 para 2-3 veces/semana; p = 0,025 para ≥4 vez / semana) y lipoproteínas de baja densidad (LDL) (p = 0,015 para 2-3 veces/emana; p = 0,022 para ≥4 veces / semana). Los valores de TAD eran más bajos en el grupo de los que reportó actividad física regular al menos cuatro veces por semana (p = 0,026). El efecto de la actividad física regular sobre la TAD fue más evidente en hombres que en mujeres (p = 0,01). Los niveles autoreportados de actividad física mostraron correlación con los niveles de captación máxima de oxígeno medidos. Conclusión: El pérfil lipídico y los niveles de tensión arterial fueron más favorables en aquellos individuos que reportaron actividad física de forma regular a comparación de aquellos con bajos niveles de actividad física semanal. La actividad física autoreportada se hallaba asociada a los niveles de captación máxima de oxígeno medidos.
Introduction: Physical inactivity is increasing considerably in the modern society and may lead to adverse health effects. Physical exercise motivated at work could be a health promotion and preventive intervention at work with short and long-term benefits. Therefore it is important to document its physiological effects. Material and methods: This cross-sectional study represents the first part of a prospective study where 121 road workers, maintenance and office (42 women and 79 men) participated in a motivational program for physical activity. Background data and level of physical activity were collected by a questionnaire. Body mass index (BMI), Maximal oxygen uptake, blood pressure, and blood samples (lipids, C-reactive protein and glycosylated hemoglobin) were obtained. Linear regression analysis was performed to study associations between the study variables with the inclusion of confounding variables. Results: A more favorable lipid status, BMI values, and lower blood pressure were found among women. Regular physical activity more than twice a week was associated with lower levels of total cholesterol (p = 0,013 twice a week; p = 0,025 more than 4 times a week), and low density lipoprotein (LDL) (p = 0,015 twice a week; p = 0,022 more than 4 times a week). Diastolic blood pressure (dBP) was lower in the group who reported regular physical activity at least four times a week (p = 0,026). The effect of regular physical activity on dBP was more evident in men than in women (p = 0,01). The intensity of self-reported physical activity was associated with the measured levels of maximal oxygen uptake. Conclusion: Exercise several times a week was associated with a more favorable lipid status and lower blood pressure compared to lower weekly activity. The intensity of self-reported physical activity was associated to the measured levels of maximal oxygen uptake.