Raúl Jesús Regal Ramos
El aumento de la incidencia de bajas laborales derivadas de patología psiquiátrica y la relación de esta última con el medio laboral invita a profundizar en su estudio. Objetivo: Conocer las características epidemiológicas de los pacientes con trastornos psiquiátricos reactivos a conflictividad laboral. Material y métodos: Se realizó un estudio descriptivo en el que se recogieron pacientes evaluados en el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) de la Dirección Provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social de Madrid con el diagnostico de trastorno psiquiátrico reactivo a conflictividad laboral en el periodo comprendido entre los años 2005 a 2013. De estos pacientes se estudiaron las variables edad, sexo, ocupación profesional, estado civil, diagnóstico psiquiátrico y la presencia de otras variables previas o sin relación con el conflicto laboral (trastorno de la personalidad/ rasgos de personalidad, fibromialgia ± síndrome de fatiga crónica, distimia, hipotiroidismo y colon irritable). Resultados: El total de pacientes estudiados fue de 254. Los resultados muestran una tendencia al descenso del número de casos en el periodo de estudio. La mediana de edad de la muestra fue de 46 años. Dentro de la muestra observamos que la relación mujer/hombre es de 1,7/1 y la relación no casados/casados de 1,6/1. El 70% de la patología psiquiátrica reactiva a conflictividad laboral es diagnosticada de TAD (38%) o SAD (32%). En comparación con las prevalencias de las variables en la población general ocupada de nuestro entorno, los resultados de este estudio muestran un 18,3 % más de mujeres (p: 0,0091; RP =1,40), un 25% más de no casados (p: 0,004; RP =1,69), un 24% más de ocupaciones de tipo administrativo (p: 0,0001; RP: 3,2), un 3% más de diagnósticos de TP (p: 0,5060; RP =1,3), un 4,5% más de FM y SFC (p: 0,1261; RP: 2,8) y un 2% más de distimias (p: 0,4951; RP: 1,5). Conclusiones: Los datos bibliográficos consultados y los resultados de este estudio permiten lanzar la hipótesis de que las mujeres, de entre 35 a 50 años, con una ocupación de tipo administrativo y con diagnósticos previos de trastorno de la personalidad, fibromialgia o distimia, tienen más riesgo de sufrir un trastorno psiquiátrico reactivo a conflicto laboral.
The increasing incidence of working disability arising from psychiatric disorders and its relation with labor environment invites to go deeper in its study. Objective: To determine the epidemiological characteristics of patients with psychiatric disorders reagents to labor unrest. Material and methods: A descriptive study of patients evaluated in the Disability Assessment Team (EVI) of the Provincial Directorate of the National Institute of Social Security in Madrid with diagnosis of reactive psychiatric disorders reagents to labor unrest from 2005 to 2013 was developed. Out of these patients the variables age, gender, professional occupation, marital status, psychiatric diagnosis and the presence of other previous variables or without regard to the labor unrest (personality disorder / features personality, ± fibromyalgia chronic fatigue syndrome, dysthymia, hypothyroidism and irritable colon) were studied. Results: The total number of patients studied was 254. The results show a downward trend in the number of cases in the study period. The median age of the sample was 46 years. Within the sample we see that the male / female ratio is 1.7 / 1 and the unmarried / married ratio 1.6 / 1. 70% of psychiatric pathology reactive labor unrest is diagnosed TAD (38%) or SAD (32%). Compared to the prevalence of the variables in the general working population in our environment, the results of this study show 18.3% more women (p = 0.0091, OR = 1.40), 25% more than unmarried (p = 0.004; OR = 1.69), up 24% over administrative occupations (p = 0.0001; RP: 3.2), 3% more than TP diagnoses (p = 0, 5060; RP = 1.3), 4.5% more than FM and CFS (p = 0.1261; RP 2.8) and 2% more than dysthymia (p = 0.4951; RP: 1, 5). Conclusions: Bibliographic data consulted and the results of this study allow us to hypothesize that woman, aged 35-50, with an administrative occupation and previous diagnoses of personality disorder, fibromyalgia or dysthymia, are at a higher risk of developing a psychiatric disorder reactive to labor dispute.