Un ensayo clínico, publicado en 2014, bien diseñado y con poca probabilidad de sesgo, muestra que en niños de alto riesgo de enfermedad celíaca, la ingesta de gluten en pequeñas cantidades no reduce la incidencia de enfermedad celíaca a los tres años de vida; también, que la lactancia materna tampoco tuvo ningún efecto en la incidencia de la enfermedad a los tres años. Estos resultados están en clara contradicción con las recomendaciones emitidas en 2008 por la European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition (ESPGHAN). La conclusión es que se mantiene la recomendación de la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de vida y que la introducción progresiva del gluten entre los cuatro y los seis meses de edad no reduce la incidencia de enfermedad celíaca.