Las calcificaciones hepáticas fetales son un hallazgo relativamente frecuente. Pueden ser superficiales o intrahepáticas. Su presencia se ha relacionado con múltiples patologías (peritonitis meconial, infecciones connatales, cromosomopatías, isquemia, tumores, etc.). A pesar de su alta frecuencia, su manejo no está debidamente protocolizado.
Presentamos un caso de calcificación hepática diagnosticada en la semana 24 de embarazo, confirmada posnatalmente y de evolución favorable.