Cristina Montalvo Ávalos, Víctor Álvarez Muñoz, L. Fernández García, A.J. López López, M. Oviedo Gutiérrez, C. Lara Cárdenas, Natalíz Vega Mata
Objetivos: presentar nuestra experiencia con los defectos herniarios atípicos en edad pediátrica y revisar la bibliografía al respecto.
Material y métodos: estudio retrospectivo descriptivo de pacientes diagnosticados de hernia entre el año 2002 y 2012 en nuestro centro. Se excluyeron los diagnósticos de hernia inguinal, umbilical y epigástrica.
Resultados: se registraron seis pacientes: cuatro diagnosticados de hernia crural, uno de hernia de Spiegel y uno de hernia lumbar. El diagnóstico se realizó mediante la exploración física de tumoración reductible en diferentes regiones anatómicas. Se solicitó ecografía en el caso de hernia de Spiegel por teste izquierdo no palpable asociado y en dos casos de hernia crural por sospecha de incarceración. Como antecedentes personales, dos pacientes con hernia crural asociaban hernia inguinal y un paciente con hernia crural presentó quiste de cordón ipsilateral. Se realizó cierre primario en todos los casos, salvo en el paciente con hernia de Spiegel, en el que fue preceptiva la laparoscopia para el descenso del teste intraabdominal izquierdo, no precisando herniorrafia por interposición de plano muscular que reforzaba el defecto. Dos casos de hernia crural recidivaron, por lo que precisaron la colocación de una malla de polipropileno en el defecto, y en otro caso de hernia crural se constató hernia crural contralateral.
Conclusiones: los diferentes tipos de hernias se diagnostican por la localización anatómica de una tumoración reductible que se palpa en exploración física, siendo su tratamiento quirúrgico una indicación tras su diagnóstico debido a un mayor riesgo de complicaciones que en adultos.
Es necesaria la valoración de un cirujano pediátrico ante cualquier defecto de pared abdominal independiente de su localización.