Juan Manuel Ballesteros Arribas
"El derecho a la alimentación no puede limitarse al derecho a no pasar hambre. debe incluir también el derecho a una dieta adecuada que proporcione todos los elementos nutritivos que una persona necesita para llevar una vida sana y activa, y los medios para tener acceso a ellos”. con esta declaración arranca el Informe sobre el derecho a la alimentación (informe del relator especial sobre el derecho a la alimentación.
consejo de derechos Humanos de la organización de las naciones unidas. ginebra, 2012) del relator especial para la alimentación de la organización de las naciones unidas (onu), presentado en marzo de 2012. Esta afirmación recoge la preocupación creciente que las autoridades sanitarias, nacionales e internacionales, sienten ante la evolución ascendente de la prevalencia de obesidad y de las enfermedades crónicas asociadas a ella, entre las que destacan la diabetes mellitus tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer.
la prevención de estas enfermedades debe encaminarse, ineludiblemente, a cambiar el entorno alimentario, reduciendo el consumo y mejorando la composición de los alimentos procesados a través de la reducción del contenido en sal, azúcares y grasas saturadas y eliminando los ácidos grasos trans. Este cambio puede lograrse por diferentes vías, cada una de ellas con sus ventajas y limitaciones.
“The right to food cannot be reduced to a right not to starve. it is an inclusive right to an adequate diet providing all the nutritional elements an individual requires to live a healthy and active life, and the means to access them”.
this statement starts the report submitted to the Human rights council by the special rapporteur on the right to food in March 2012. this assertion reflects the growing concern that national and international Health Authorities feel about the upwarding trends in the prevalence of obesity and associated chronic diseases, namely type 2 diabetes mellitus, cardiovascular disease, hypertension and certain cancers.
The prevention of these diseases should aim, unavoidably, to changes in the food environment, reducing consumption of processed foods and improving its composition by reducing the content in salt, sugars and saturated fats and removing trans fatty acids. this change can be achieved in different ways, each of them with advantages and limitations.